Un dulce 'Chiquilín'
En el Robledo se estrenó la última película de Jackie Coogan, de quien surgiría el nombre de las populares galletas
Jueves, 30 de noviembre 2023, 01:26
Mucho hemos cambiado en un siglo. Hoy sería inimaginable que la distribuidora de cualquier película anunciase esta como protagonizada por «el negrito África», pero en 1923 así era. 'El Campeón Invencible ', la última película de Jackie Coogan, «simpático e inteligentísimo niño artista de seis años», se anunció con esas trazas por la empresa Méndez ante su inminente estreno en el Robledo. El título poco importaba. Podía más la personalidad de Coogan, providencialmente descubierto años atrás de la mano de Charlie Chaplin y cuyo apodo, 'Chiquilín', protagonizaba todos los carteles de sus películas. El chiquillo estaba, decía aquella publicidad en nuestras páginas, enorme; «en esta inconmensurable película de hoy realiza un magistral trabajo de un mérito enorme y colosal».
Era un film «descacharrante, de gracia dislocante», que no conseguiría, sin embargo, evitar que la carrera de Coogan se desmoronase. Pero eso los gijoneses de hace un siglo no lo sabían, como tampoco que muy pronto aquel apodo del niño prodigio, 'Chiquilín', se asociaría en España a algo casi tan dulce como él: las galletas que hoy aún existen. Dicen los estudios históricos -especialmente el de Miguel Morenés- que ahí, en el rubísimo Jackie Coogan que actuaba con «el negrito África», estuvo el origen del nombre de las galletas, creadas en 1927 por Gabriel Artiach. Inspirado por la prometedora carrera del infante, Artiach puso de nombre el apodo a los dulces, y el resto es historia.
Puede que Jackie Coogan nunca se enterase de su curiosa inspiración, pero tampoco le habría sorprendido. Su fama fue mucha; su tragedia, otro tanto. Una década después del estreno de 'El Campeón Invencible' en el Robledo, Coogan se convirtió en un juguete roto. Engañado por su madre; huérfano de padre por un accidente de tráfico que él también vivió en primera persona, el descenso a los infiernos de 'Chiquilín', su precariedad, solo pudo ser superado con lo único que nunca perdió: su maestría al actuar. Ya sin sus mechones dorados, 'Chiquilín' volvería a brillar en la pantalla, en la pequeña, esta vez. Los tiempos cambian, pero los talentos permanecen.