'La Gringa', reina del timo
La estafadora Nelly Sacco, recién huida hacia Madrid, se había hecho pasar en Gijón por una dama de la alta sociedad peruana
ARANTZA MARGOLLES
Domingo, 17 de diciembre 2023, 01:20
En Gijón no se hablaba de otra cosa. Imposible hacerlo. Esta semana hace medio siglo supimos que la carismática 'doctora Edwards' habia huido en taxi a Madrid, llevando consigo casi dos millones de pesetas en joyas conseguidas con malas artes y una mentira de base: la alta cuna de aquella presunta neurocirujana que llegara a la ciudad muy poco antes, en el verano de 1973. Entonces se había presentado como represaliada de Salvador Allende; fue semanas antes de que el golpe de estado en Chile, el 11 de septiembre, acabase con la vida del político. El plan estaba perfectamente cohesionado con la actualidad: Edwards, aseguraba, no traía ni un solo 'chapo' consigo; perdida toda su fortuna tras el asesinato político de su esposo, pero ahora los golpistas, con Pinochet a la cabeza, se lo iban a devolver todo. Fue así como consiguió entrar de lleno en la alta sociedad gijonesa, residir en el 19 de Rufo Rendueles y que mucha gente le hiciera favores.
Unos favores muy brillantes. Nelly Sacco, ese era su verdadero nombre, se dio 'el piro' de la villa de Jovellanos llevándose consigo una maleta llena de objetos de lujo conseguidos por medio del timo no solo en Gijón, sino también en Sevilla. Huía 'la Gringa', dejando Gijón repleto de 'pufos' y la estupefacción de que ni su alta posición ni el marido muerto habían existido nunca. Fue EL COMERCIO el que levantó la liebre. «La Interpol de Perú», decíamos, «ha enviado a España abundante documentación sobre la peruana Nelly Sacco Backus, o Nelly García Sacco, alias 'La Gringa', que, al parecer, ha cometido una serie de resonantes estafas en la Península». Aquí también.
La información llegaba pocos días después de que Sacco se subiera en un taxi en la calle Doctor Aquilino Hurlé con la orden de llevarla, de forma urgente, a Barajas. Las autoridades se afanaban ahora en conseguir el listado de las víctimas de las estafas de la peruana, pero parecía difícil. «Hay personas particulares con cheques con muchas cifras», decíamos; muchas carteras aflojadas por la compasión de quien decía haber llegado a ver a su marido descuartizado e impresionadas por su presunta posición social. Nada era verdad. Hija de emigrantes, huérfana temprana, delinquía desde chiquilla. Aquí, en Gijón, se le acabaría la trampa, pero aún quedaba un tiempo: no fue arrestada hasta el 21 de enero de 1974, cuando intentaba pasar a Portugal. Eso, ya para el próximo capítulo de la historia.
