La lucha por la higiene urbana en Asturias
El problema de las gaviotas o la basura no es nuevo en la región
Lunes, 7 de agosto 2023, 00:56
Hace 25 años, la lucha por la higiene de la ciudad tenía un principal enemigo: las gaviotas. Tema 3, la empresa contratada por el Ayuntamiento para eliminar sus nidos, era tajante. «No pueden controlar la presencia y reproducción de dichas aves en los tejados del centro de la ciudad», decíamos tal día como hoy. Los trabajos habían empezado en 1996, pero desde entonces las aves habían multiplicado su población y ampliado su área de residencia: llegaban ya a El Natahoyo y La Calzada. Ante esa perspectiva, los expertos pusieron varias propuestas sobre la mesa. La más importante era convertir el vertedero de Cogersa «en un incinerador ecológico».
Lo dijo Carlos Zapico, a la sazón concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Gijón. «No solo por el problema de las gaviotas, sino porque el vertedero genera numerosos problemas de contaminación, desde el impacto visual a la filtración de lixiviados y la emisión a la atmósfera de metano, el denominado biogas, muy peligroso». Zapico proponía la medida como una forma de «adelantarnos a lo que nos obligará la Unión Europea, que ya habla de incineradores ecológicos para acabar con los actuales basureros. El de Cogersa tiene una vida calculada hasta el 2015, aunque hablan de alargarlo hasta el 2017. Sin embargo, desde el Ayuntamiento creemos que ya debemos ir estudiando alternativas».
Ecologistas contrarios
Enfrente, la postura de los ecologistas, contrarios a los hornos incineradores. El concejal, que además presentaba la novedad del uso de ordenadores reproduciendo sonidos de depredadores (halcones y aguiluchos) para espantar a los estorninos, trataba de alejarse de la polémica asegurando que el incinerador ecológico era «un instrumento que cuenta con todo tipo de filtros para evitar los males de la incineración. De hecho, es un método muy extendido en los países escandinavos, que no son precisamente sospechosos de atentar contra el medio ambiente». Desde entonces, la discusión ha sido constante: la construcción de la incineradora fue descartada veinte años después y el vertedero, aún hoy, se sigue ampliando. Polémicas viejas, pero nuevas.