Cuando Plans trajo el terror a Gijón
El periodista y escritor gijonés preparaba en EL COMERCIO un relato por entregas sobre un cuélebre que generaba el caos en la ciudad
Domingo, 30 de julio 2023, 00:53
Siempre genial, siempre prolífico en la escritura, el gijonés Juan José Plans trajo, hace ahora cinco lustros, el terror a Gijón. Pero literariamente, que era lo que mejor se le daba. Por medio de un relato por entregas publicadas en EL COMERCIO «a diario durante todo el mes de agosto». «¡Una espantosa criatura amenaza a Gijón!», anunciábamos. «¡Todos los asturianos en peligro! ¡Su maligna finalidad: destruir el mundo! Se creía que era solo un animal mítico, pero existe, ¡para pesadilla nuestra! ¡Prepárense a hacer frente al más feroz de los monstruos de tiempos remotos! ¡Estén alerta! ¡Puede aparecer en cualquier momento y en cualquier parte! ¡No se dejen dominar por el pánico!».
No lo haríamos. Plans solo sabía hacernos disfrutar. Antiguo director del Centro Territorial de RTVE y del Festival Internacional de Cine de Gijón, era maestro en «sus interpretaciones radiofónicas del terror». Su cuélebre, además de entretener, aportaba una novedad: que el género literario del horror se consolidase en Asturias. «Gijón es un excelente plató donde desarrollar historias», nos decía Plans. «El cuélebre, por otra parte, es un personaje mitológico muy relacionado con nuestras tradiciones y uno de los monstruos más temidos, que me ofrece muchas posibilidades narrativas».
También el formato por entregas, una especie en peligro de extinción, aportaba muchas posibilidades. «Me fascina el folletón en el sentido más estricto del término. Creo que es otro tipo de periodismo, que crea la noticia y además entretiene al lector». Con 55 años de edad, Plans observaba la realidad para crear su ficción; en una sociedad cambiante como aquella que andaba a las puertas del siglo XXI, más fácil todavía. «Como ciudadano del mundo no soy nada feliz», aseguraba. «La hambruna me hace sentir verdadero terror. Se me pone un nudo en la garganta cada vez que veo la imagen de un niño desnutrido». Internet, la imagen virtual o la clonación, todos ellos aspectos de la más pura actualidad, no paraban de dar argumentos para la ficción. Pero ahora, de momento, Plans se tiraba a lo más clásico del folklore. Él podía con todo.
