Aplicada la primera eutanasia legal en España: «Por fin ves que descansa tu ser querido»
Eskarne, de 86 años, falleció el 23 de julio en su casa ayudada por personal de Osakidetza y rodeada de su familia
YOLANDA RUIZ
Domingo, 1 de agosto 2021, 22:12
Eskarne ha sido la primera persona conocida en España que ha puesto punto final a su vida y a sus padecimientos acogiéndose a la nueva ... normativa que regula la eutanasia. Ha decidido morir y no sufrir. El mismo día en el que entraba en vigor la ley que regula el derecho a recibir asistencia para el fallecimiento (el 25 de junio), el esposo y los hijos de esta vizcaína pusieron en marcha el procedimiento para solicitar la eutanasia. La familia tenía bien presente que debían cumplir la decisión libre que ella había tomado hace una década. «Ella ahora no estaba en condiciones y había que ayudarle a cumplir la decisión personal que firmó y tomó en su día», comenta su hijo en una conversación con EL CORREO. Tras un deterioro físico y cognitivo durante los últimos años, llevaba meses encamada. «Estando, no estás en la vida», detalla sobre la situación que vivía su madre hasta el pasado 23 de julio. Ese día cumplieron su deseo. «No ha sido traumático. Por fin ves a tu ser querido que descansa», matiza con el dolor de perderla para siempre.
La familia de Eskarne quiere discreción porque asegura que a su madre no le hubiera gustado que se hablase de su vida por haberse acogido a lo que consideran un derecho «íntimo y personal». Es por ello que no quieren que se hable de ella, salvo para hacerlo a modo de ejemplo. «Que se comparta con sencillez, como era ella, y como ejemplo». Entienden que «el hecho de pasar de vivir a morir es muy natural y hay que quitarle todo el dramatismo».
Lo más importante para ellos es haber cumplido con el deseo que ya dejó escrito en 2011. «No puedo considerar como válida ni de calidad suficiente aquella vida que me impide desarrollar, con autonomía razonable, las actividades básicas de la vida cotidiana, porque sería incompatible con mis creencias y valores el permanecer de modo permanente e irreversible con esa calidad de vida en grado mínimo», expresaba en sus últimas voluntades. «Si esa fuese la circunstancia de gran dependencia, lo que para mí sería un insoportable sufrimiento en el que me encontrase en un futuro, no quisiera vivir más así, por lo que desearía me fueran aplicadas técnicas de eutanasia activa, indoloras y rápidas».
Un médico objetor
Por eso en este caso, adelantado por El País, insisten sus allegados en que la muerte asistida «no ha sido traumática. Ella no quería estar en esta situación», comenta la familia, agradecida por la atención que en todo momento han tenido por parte de Osakidetza. «Hemos recibido un trato excelente». El mecanismo para poner en marcha la petición de la eutanasia arranca en el centro de salud y, en su caso, quieren hacer especial hincapié en que ha sido «muy sencillo y ágil». Pese a que el médico de cabecera de su ama era objetor de conciencia, de inmediato les pusieron otro titular que se haría cargo de consumar las últimas voluntades de Eskarne.
Admiten que pese a que este mecanismo es la «parte más fría» del proceso, en su caso «se han cubierto los plazos y nos han ofrecido cercanía, además de ayudarnos a nivel emocional», elogia esta familia vizcaína. En cuestión de 30 días ya estaba todo resuelto, pero si los demandantes precisan de «más tiempo, por las razones que sean, hay flexibilidad para llevarlo a cabo».
A los hijos de Eskarne les sorprende que su ama haya sido la primera vasca y aceptan a hablar de su caso para visibilizar a nivel social el derecho que toda persona tiene a acogerse a la eutanasia. Pero no quieren entrar en detalles. «Me cuesta hacerlo. Me da pudor. Es una cuestión íntima y humana», subrayan.
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