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Activistas de Rebelión o Extinción, este lunes en Madrid. José Ramón Ladra

Una protesta de amor y furia contra el gasto en Defensa y por el clima

La organización Rebelión o Extinción realiza una protesta sorpresa en una de las sedes de la empresa Indra, dentro del marco de la COP30. «Es papel mojado»

Lunes, 17 de noviembre 2025, 15:09

La dirección la sabían unas pocas personas y llegaron por separado. Con pintura roja mancharon las escaleras de acceso a una de las sedes madrileñas ... de Indra, una empresa española dedicada a Defensa y Seguridad, entre otros sectores. En la fachada, junto al nombre, escribieron «genoc», con lo que formaban un juego de palabras: genocindra. Junto a dos tubos con forma de misiles estrellados que expulsaban humo negro, se agruparon más de medio centenar de jóvenes con banderas con el logo de Rebelión o Extinción, una organización que lucha por frenar el cambio climático por medio de acciones pacíficas. Unos minutos después de las nueve de la mañana de este lunes, había comenzado la protesta contra el rearme, que pedía que esas partidas, que calculan en unos 33.000 millones de euros de «dinero público», se destine a gasto social.

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Una de las pancartas decía «Inversión militar : colapso ecosocial» y la otra, «El rearme nos cuesta la vida». El humo negro se extendía por las aceras del barrio, los activistas coreaban lemas como «Israel asesina, Europa patrocina». El vigilante de seguridad de las oficinas hablaba por teléfono en lo alto de los escalones. Duró unos instantes fuera, antes de entrar al edificio.

Llegó la hora de leer la proclama: «Ante el auge del fascismo fósil, nuestra seguridad no se consigue con más tanques, sino garantizando nuestra soberanía energética».

Desobediencia civil

Cuando comenzaron a llegar los policías, los activistas gritaron: «Amor y furia». «Amor porque somos una organización que ponemos el amor y el cuidado por encima de todo, y sin amor creo que no se va a lograr ningún cambio», explicó Estela, una de las portavoces del capítulo español de Rebelión o Extinción. «Y furia porque claramente estamos enfadadas. Ya llevamos muchos años de lucha».

José Ramón Ladra

Dos activistas se acercaron a hablar con las autoridades, ante la mirada indiferente de un hombre que recogía chatarra con un carrito de supermercado. «Han tardado», comentó Xavi, otro de los miembros del movimiento. ¿Por qué Indra? «Está siendo financiada por el Estado, fabrica Eurofighters que ahora mismo se están usando en el genocidio de Yemen y tienen un proyecto militar de drones», respondió Xavi.

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Los manifestantes plegaron sus banderas, recogieron sus misiles y, cuarenta minutos después de empezar, se retiraron, ante la mirada tranquila de unos ocho policías. «Estamos muy contentas de que haya salido tan bien», dijo Estela. «Somos muchas, hay mucho trabajo detrás y todas estamos aquí para defender la justicia social. Llevamos 30 COP (cumbres del clima) y es papel mojado. Llega un momento en que la desobediencia civil es una herramienta para conseguir un cambio». Quedó el grafiti y la pintura roja. Un bedel salió con una bayeta a limpiar. El colorante se deslizaba por la escalera como sangre de película.

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