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Trabajadores de los servicios sanitarios desinfectan las calles de la ciudad china de Ruichang. REUTERS | VÍDEO: EP

China reconoce la falta de medios para combatir el coronavirus

Las autoridades sanitarias prevén que las infecciones se propaguen, pero consideran que las medidas para evitarlo están funcionando

zigor aldama

Corresponsal. Shangái

Lunes, 27 de enero 2020, 00:26

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El período de incubación del coronavirus de Wuhan va de un solo día a dos semanas, y es habitualmente de unos diez días. Durante ese tiempo, aunque no manifieste ningún síntoma, el infectado puede contagiar a otras personas. «Hay quienes no tienen fiebre, pero han contraído el virus y pueden transmitirlo. Son portadores invisibles que dificultan el control de la epidemia», informó ayer el responsable de la Comisión Nacional de Salud de China (CNS), Ma Xiaowen.

Por eso, la única forma de detener su propagación es evitando que la ciudadanía viaje, independientemente de que se sienta sana, y asegurándose de que utiliza una mascarilla apropiada siempre que se mueve en lugares públicos. Lograr que eso se cumpla en un país de las dimensiones y de la población de China no es tarea fácil, razón por la que se han bloqueado todas las vías de acceso a las ciudades puestas en cuarentena en Hubei, la provincia en el epicentro de la infección y en la que es obligatorio cubrirse nariz y boca.

El problema es que Zhou Xianwang, alcalde de la capital de la provincia, Wuhan, admitió ayer que 5 millones de personas abandonaron esta localidad de 11 millones de habitantes desde que se detectó el primer caso, y que espera que se registren al menos mil más. «Estamos muy apenados y llenos de remordimiento. Nos culpamos por lo que sucede», añadió el gobernador de Hubei, Wang Xiaodong, otro de los dirigentes a los que la población acusa de haber actuado demasiado tarde.

Por si fuese poco, los mandatarios del país reconocieron en una rueda de prensa que la segunda potencia mundial no cuenta con suficientes recursos materiales para proteger a toda la población frente a la amenaza del 2019 nCoV, por lo que han pedido a las empresas fabricantes de mascarillas y de trajes aislantes que reanuden la producción de estos elementos vitales para alcanzar al menos el 40% de la capacidad del país y abastecer a quienes más riesgo corren. En esta coyuntura de escasez, muchos pueblos y barrios han organizado patrullas ciudadanas para impedir la entrada de cualquiera que venga de fuera y evitar así la infección.

Ante la gravedad de una epidemia que desde el pasado 11 de diciembre ha dejado 56 fallecidos y más de 2.000 infectados, Hong Kong anunció una medida similar: prohibirá desde hoy la entrada a su territorio de cualquier ciudadano de Hubei o que haya visitado la provincia en las últimas dos semanas. Además, los manifestantes antigubernamentales que tienen a la excolonia británica en jaque desde hace más de siete meses, lanzaron cócteles molotov contra el edificio que se había elegido para poner en cuarentena a los posibles infectados.

«Ninguna mutación»

Por otro lado, la CNS también admitió que todavía se sabe muy poco del virus, pero trató de calmar los ánimos de una población temerosa informando de que «no se ha detectado ninguna mutación que lo haga más virulento» y añadiendo que «se está apremiando a los científicos para que desarrollen una vacuna». No obstante, el ministro Ma sí anunció que el 2019 nCoV parece estar adaptándose al ser humano para incrementar la facilidad con la que se propaga. Varios científicos chinos recordaron ayer que el coronavirus ha logrado extenderse en un mes tanto como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en un trimestre. De momento, la mayoría de los afectados tienen más de 40 años, pero se ha detectado incluso en niños de solo nueve meses de edad.

Entre los aspectos positivos de la crisis, que amenaza con impactar de lleno en la economía en cuanto concluyan las festividades por el Año Nuevo Lunar, está la promesa de transparencia que hizo la CNS. Después de la opacidad con la que gestionó la epidemia el gobierno local de Hubei, los dirigentes de Pekín han anunciado ruedas de prensa diarias para dar cuenta de un problema que afecta ya a una docena de países. En cualquier caso, las autoridades sanitarias incidieron en que «las medidas tomadas hasta el momento están logrando su objetivo».

Pero el temor se extiende tanto entre los chinos como entre los extranjeros. «Tenemos una niña de 18 meses y nos preocupa cómo pueda evolucionar el virus. En teoría volvemos el viernes que viene, pero ya veremos», comenta un español residente en Shanghái que se encuentra de vacaciones y que teme lo que pueda suceder cuando acaben las celebraciones y los 400 millones de personas que realizaron viajes decidan regresar a sus lugares de origen.

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