Engordar por esperar: psiconutrición
La nutricionista Laura Pire analiza la relación entre las emociones y las conductas alimentarias: «Cuando una situación se enquista, el mal manejo alimenticio es un clásico»
Laura Pire
Martes, 23 de septiembre 2025, 07:05
Cuando la nutrición y la psicología se dan la mano para resolver problemas de salud hablamos de psiconutrición. La relación se ve fácilmente: una persona triste no tiene hambre; una persona aburrida tiende a la ansiedad de comer cosas ricas que le den alegría y le entretengan; que alguien especial te cocine eso que tanto te gusta como lenguaje afectivo aunque no haya palabras claras de afecto...
Todos podemos darnos cuenta de qué relación emocional o psicológica directa tenemos con determinados aspectos de nuestra alimentación: en la infancia, cuando se utiliza el alimento como regalo, como premio o como castigo; en la juventud, cuando los momentos de libertad se utilizan para comer cosas 'ilegales' o caprichos que normalmente no nos permiten disfrutar en casa; y, por supuesto, en la edad adulta, cuando uno mismo es quien tiene que gestionar y es ahí cuando se descubren las lagunas de psicoeducación aplicadas a la alimentación que pueden estar dándonos problemas o quitándonos alegría y libertad.
Hoy os planteo esta cuestión. El engordar por esperar que algo cambie o mejore en nuestra vida sin que nosotros hagamos nada al respecto. Engordar por cobardía, llamadlo como queráis. Pero cuando una situación se enquista y nos quedamos en casa con la caja de galletas y no pasamos a la acción, el mal manejo alimenticio es un clásico.
Muchos síntomas de ansiedad, glotonería, trastorno por atracón están relacionados con estas situaciones que necesitan una terapia y no solo de un nutricionista con un gran método de adelgazamiento.
«Cuando adelgace, haré no sé qué cosa maravillosa y súper valiente», nos decimos. Igual hay que hacerlo al revés y con ayuda psicológica. Coger el toro por los cuernos adelgaza que flipas.