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Una mujer porta el nuevo gorro de silicona de Oncobel que previene la pérdida del cabello durante el tratamiento de quimioterapia. R.C.
No perder el pelo durante el cáncer de mama ya es una opción

No perder el pelo durante el cáncer de mama ya es una opción

La empresa malagueña Oncobel ha sido pionera en incorporar en los hospitales de España un sistema que evita la pérdida del cabello durante la quimioterapia

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Jueves, 1 de enero 1970

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Como cada 19 de octubre, este viernes las redes sociales de todo el planeta han amanecido llenas de lazos rosas y 'hashtags' sobre el #DíaMundialDelCáncerDeMama en apoyo a una enfermedad que afecta cada año a 25.000 mujeres en España y a casi un millón y medio en todo el mundo.

Existen cientos de iniciativas y productos enfocados a ayudar a las personas a pasar dicha enfermedad lo mejor posible. A estos se ha añadido recientemente un artilugio novedoso, un gorro de silicona que evita la caída del cabello durante el tratamiento de quimioterapia. No es un objeto desconocido, pues que ya se utilizaba en otros países, pero Oncobel, una empresa malagueña, ha sido pionera en incorporarlos en los hospitales del país.

¿Cómo funciona?

El gorro lleva incorporado un circuito por el que fluye un líquido refrigerante que mantiene el cuero cabelludo a una temperatura de entre 19 y 21 grados centígrados durante el tratamiento de quimioterapia. Esto hace que los vasos sanguíneos se contraigan, reduciendo la cantidad de medicamento que llega a las células del folículo piloso y, por lo tanto, previniendo la caída del cabello y también, en la mayoría de los casos, de las cejas y las pestañas.

La pérdida del pelo durante el cáncer supone un fuerte impacto psicológico para muchas personas, algo que hace que entre el 8 y el 10% de los pacientes se nieguen a recibir quimioterapia.

¿Cuál es su efectividad?

Varios estudios científicos a nivel mundial han demostrado que el sistema de enfriamiento del cuero cabelludo es eficaz y seguro, y que no interfiere con el tratamiento ni reduce su efectividad.

Algunas cifras muestran que la efectividad del enfriamiento capilar puede variar desde el 34%, en casos tratados con fármacos muy agresivos, al 87% en aquellos que precisan medicamentos más suaves. Por todo ello, ha sido aprobado por la Comunidad Europea (marcado CE) y en 2017 ha obtenido la Certificación de la FDA (Food and Drug Administration) en EE UU, que ha destacado su eficacia y seguridad en los tratamientos Oncológicos.

En España, este avance ya se ha instalado en algunos hospitales privados y centros especializados y se ofrece de forma gratuita a los pacientes que deseen utilizarlo. También se puede ver ya en hospitales públicos de la Seguridad Social, como es el caso del Hospital de Orense y el Hospital de Mérida del Servicio Extremeño de Salud, y próximamente se irá extendiendo al resto de los hospitales de otras comunidades.

«El pelo vuelve a crecer»

A pesar de que este producto puede ayudar a muchas personas a evitar un trauma psicológico, no a todo el mundo le resulta útil. Es el caso de Mar, una mujer española que sufrió cáncer de mama con metástasis hace 20 años y que en 2015 volvió a ser diagnosticada con un cáncer de mama in situ, reconoce que ella no lo utilizaría.

«Cuando tuve el primer cáncer no existía ese artilugio y me compré una peluca de mi mismo color hecha con pelo natural, me costó un riñón y se me estropeó, asi que no he vuelto a repetir», cuenta. «Cuando tuve el segundo me hablaron de este sistema, pero no me vi con ganas de soportar algo frio en la cabeza. Los efectos secundarios de la quimioterapia y las secuelas del tratamiento ya eran suficientes, así que me compré un pañuelo y listo», confiesa.

«Hay mucha gente para la que perder el pelo es un trauma y sufre mucho cuando le pasa porque es algo muy llamativo. Además, lo último que quieres es que la gente sienta pena por ti», explica Mar. «Sin embargo, a mí la experiencia me ha enseñado que no merece la pena sufrir por el pelo, al fin y al cabo, vuelve a crecer», agrega. Aún así, Mar reconoce que este nuevo invento será beneficioso y muy útil para muchas personas.

En 2018 se han diagnosticado 32.825 nuevos casos de cáncer de mama en España, esto supone un incremento del 30% desde 2012. Aún así, la tasa de supervivencia ha aumentado considerablemente en los últimos años. Así, 90 de cada 100 personas que padecen esta enfermedad continúan vivas cinco años después de haber sido diagnosticadas.

El Día Internacional del Cáncer de Mama busca concienciar a la sociedad de la importancia de la investigación y el diagnóstico precoz de esta enfermedad, pues se prevee que una de cada ocho mujeres padecerá este tipo de cáncer a lo largo de su vida.

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