«Cuento con los dedos de una mano lo que estuve en Mareo»
«Que se acuerden de mí es mucho», agradece Churruca, la 'llave' para la creación de la Escuela de Fútbol, invitado esta tarde al acto con Tebas
No se puede entender la Escuela de Fútbol de Mareo, cuya remodelación verá esta tarde la luz, sin la figura de Iñaki Churruca (Zarauz, 1949). ... Leyenda viva del Sporting, con nueve temporadas en las piernas de rojiblanco, internacional, declarado mejor jugador de Primera en la temporada 1970-1971, el club le ha invitado al acto, solventando, de paso, una deuda histórica. Los 52 millones de pesetas que pagó el Athletic por su fichaje en 1976 –más la cesión del 'Chato' Núñez– permitieron la adquisición de los terrenos de Leorio. Una operación a la que estará ligado para siempre, aunque, irónicamente, apenas conozca Mareo.
–¿Hace cuánto tiempo que no pisa Mareo?
–(Pensativo). Diría que hace cinco o seis años. Recuerdo que fui a ver un partido entre el Sporting B y la Peña Santa Eulalia, de Ibiza, un equipo al que había entrenado. Conocía al que había sido su presidente y fuimos a ver el partido.
–¿Y cuántas veces ha pisado Mareo en toda su vida?
–Me sobran dedos de una mano. A lo mejor me equivoco, pero unas tres veces o por ahí. No creo que haya estado más.
–¿No se le hace raro que una instalación que se compró con el dinero de su traspaso le sea tan desconocida?
–Claro. Hay circunstancias también que chocan con el ego de uno. Me molestó, por ejemplo, que no me invitasen a la inauguración de Mareo de 1978, aunque estuviera ya en el Athletic. Aporté mi trabajo, mi valor y analizándolo con el tiempo, después de una asamblea extraordinaria que hubo para decidir si se aceptaba mi traspaso o no, es difícil de asumir que no me invitasen a un momento tan bonito.
–En aquellos años, ante una operación así, el jugador tenía poca capacidad para decidir, ¿no?
–Era el derecho de retención. Yo había tenido, por ejemplo, una propuesta para ir al Madrid de 25 millones de pesetas. Pero el presidente Méndez Cuervo no permitió mi salida. En este caso, además, por el traspaso al Athletic tenía que cobrar también un porcentaje que me correspondía. No lo reclamé y quedó para el patrimonio del club porque el Sporting se había portado conmigo de forma estupenda. Fíjese, le doy más importancia a un detalle pequeño como el de la invitación que a esto del porcentaje.
–Para el acto de la inauguración de la reforma de Mareo de este jueves sí que ha sido invitado.
–Que se acuerden de mí es mucho porque ya han pasado muchos años. Es de agradecer. Me llamó Joaquín para comentármelo. Es verdad que conmigo en el equipo estuvieron más compañeros y ellos fueron también responsables de mi traspaso al Athletic. Fíjese, el 'Tati' (Valdés) me decía siempre con esa guasa que tenía: «¡Tú llegaste a la Selección por los pases que yo te daba!». (Risas). Era un fenómeno. Luego, no quiero personalizar, pero hay cosas... Siempre le digo a 'Miluca' (Alonso) que era como Beckenbauer. ¡Con qué elegancia jugaba! La gente se cruza ahora con él por la calle como un vecino más y fue un jugadorazo. Todos estos grandes que tenemos en Gijón no hay que olvidarlos. En algunas cosas debemos de fijarnos en el Athletic, que cuida mucho estos detalles. Pero en lo que a mí respecta, durante mi estancia en el Sporting, luego ya fue otra historia, no puedo más que dar gracias. Fui un privilegiado.
–Volviendo a Mareo, se estrenará una clínica, cambios en las oficinas, el gimnasio...
–Creo que tiene una barbaridad de metros cuadrados, ¿no? Lo que cambia todo. Castro y yo, que estábamos muy delgados, ¡solo teníamos una mancuerna para hacer pesas! (Risas).
–¿Asistió a la asamblea en la que se decidió su venta?
–No. Estaba en Careñes esperando a ver por televisión, por la TVE regional, qué se decidía. Salió el resultado y nada... Al día siguiente sí que recuerdo que Ortiz, el delegado, me dijo: «¡Sistiaga (su segundo apellido)! Ya te puedes ir para Bilbao». De lo que estoy orgulloso de ese traspaso es que permitió también arreglar la tribuna de El Molinón y que cobrasen los compañeros, que arrastraban algunos impagos.
–¿Y de que el apellido Churruca siempre esté ligado a Mareo?
–Claro que estoy orgulloso. Quedará escrito en la historia y será un motivo de orgullo para mis hijos y mis nietos. He tenido una carrera extraordinaria y eso siempre quedará ahí.
–¿Ve mucho fútbol ahora?
–Veo mucho, sí, pero a veces me duermo, sobre todo con la Segunda (risas). Me gusta el fútbol que emociona, que transmite, en el que hay un córner y se genera un 'uy'. El fútbol en el que los jugadores van al límite. En Segunda, aunque hay calidad, ves que manda el miedo a perder.
–¿Qué me dice del Sporting?
–Lo veo inseguro, irregular, aunque empezó bien. Pero tiene la oportunidad de la década para ascender. Es una ocasión histórica, aunque sea en el 'play off'. Tiene que ir a tope a por ello, atreviéndose, apretando. A por todas.
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