«Me gustan los equipos dominadores, que tienen el control y que miran a la portería contraria»

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Miguel Ángel Ramírez, que ha estampado por la mañana su firma en el contrato que le vinculará hasta junio de 2024, ha pronunciado sus primeras palabras como nuevo entrenador del Sporting en las entrañas del estadio. Ha arrancado sin papeles, con seguridad. Su trabajo desde que salió de España, pasando por la base de Las Palmas y del Alavés, no ha pasado desapercibido, al igual que su experiencia en Ecuador, Brasil y Estados Unidos. «La experiencia no me sirve de nada si no ha habido aprendizaje. Con 38 años, no sé cuántos entrenadores han tenido la la suerte de tener la experiencia y el aprendizaje que yo he tenido», se ha defendido al ser preguntado por su falta de bagaje en el fútbol español.

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El Grupo Orlegi, ante el temor de un paso en falso que agrave la crisis de resultados del equipo en esta recta final y ante las discrepancias y distintas visiones entre propiedad y entrenador, ha apostado por un relevo en el banquillo, pero, curiosamente, ha elegido un técnico de escasa experiencia en el fútbol nacional, totalmente desconocido para la Liga, aunque con un dilatado camino por el fútbol sudamericano. Ahora le toca asumir un reto mayúsculo. Miguel Ángel ha renegado de un único sistema de juego -«lo entiendo con un organismo vivo. Yo he jugado con un 3-4-3, un 4-2-3…»-, se ha referido a su elección como nuevo entrenador -«ellos me han confesado que me tenían conocido y seguido. Yo he tenido referencias porque conozco sus clubes en México, pero nunca ha habido un acercamiento»- y ha anunciado que viene acompañado de dos hombres de su confianza: «El preparador físico Cristóbal Fuertes y un segundo, Luis Piedrahita».

Ahora deberá mostrarse fiel a sí mismo y poner en aprietos a sus rivales. En su presentación como nuevo titular del banquillo rojiblanco, vestido de forma informal, compareció comedido, suave en el tono de sus declaraciones, respetuoso cuando le preguntaron. «Llevaba meses descartando cosas porque entendía que no casaban con lo que realmente buscaba. Agradezco al club la oportunidad que me da. No me esperaba esta llamada, pero seguro que vamos a estar muy felices de trabajar junto», ha dicho el técnico, que ha asegurado que «hay que ganar mañana y el fin de semana».

Si ve talento y percibe que los canteranos pueden aportar al equipo, tendrán su sitio. «Tengo información de la plantilla actualizada porque los he visto, pero tendré más en el día a día», ha explicado, al tiempo que ha aclarado que «no me obsesiona el mercado, la plantilla es lo suficientemente competitiva».

Miguel Ángel Ramírez respira tranquilo. También lo hacen el presidente ejecutivo, David Guerra, y el director de la gestión deportiva, Gerardo García, este último sentado en una butaca junto a Joaquín Alonso. Ha sido una presentación y en las presentaciones también se habla de objetivos, no exigencias: «Tenemos claro dos cosas. Nos queda media Liga y nos separan ocho puntos del 'play off'. Al final, todos evaluaremos si es un fracaso o no, si lo hemos hecho bien o no».