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A. MAESE
GIJÓN.
Domingo, 28 de abril 2024, 02:00
El exfutbolista Javier Dorado atendió a EL COMERCIO en abril de 2024 desde su habitación del Hospital Universitario Son Espases de Mallorca, donde se encontraba ingresado, para hablar de su enfermedad y mientras esperaba para sea intervenido de un transplante de médula que le hiciera poner punto y final a su lucha contra el cáncer.
«Me encuentro bien, estoy en el hospital ingresado esperando a que el jueves de la proxima semana me hagan un transplante de médula», afirma con voz tranquila el que fuera lateral derecho del Sporting.
Desde hace dos años, Dorado se encuentra en plena batalla contra el cáncer. «Llevo ya un tiempo y espero que esta vez termine toda esta pesadilla, que podamos salir y estar tranquilos», continúa el que fuera, entre otros logros, campeón de Europa con el Real Madrid.
Javier Dorado es una persona optimista por naturaleza y entiende que para superar este tipo de adversidades no queda otra que asumirlo y enfocarlo de la mejor manera posible.
Pese a que intenta hacer una vida normal, reconoce que llevo dos años peleando y los duros tratamientos hacen mella. Para él, esos son los momentos más difíciles: «Sobre todo cuando se termina porque me deja un poco más cansao y un poco más tocado, pero intento hacer vida normal».
Dorado está calmado. Con los nervios evidentes de estar a las puertas de entrar en un quirófano, pero con la esperanza de que «se pueda acabar todo el sufrimiento». El jueves será uno de los días más importantes de su vida. Y espera que traiga la mejores noticias posibles.
En medio de su lucha, el exfutbolista no ha dejado de lado una de sus pasiones; el fútbol. Además de seguir la Primera División, sigue muy de cerca la categoría de plata y la evolución del Sporting en la categoría que le ha llevado a luchar por los puestos de privilegio.
El primer análisis del rojiblanco es generalizado. «La gente va muy a la defensiva. No veo partidos en el que destaque un rival por encima del otro. Al existir tanta presión, los equipos tirán más para atrás que para adelante», apunta.
En cuanto al Sporting, parece que no termina de convencerle lo que ve, porque «hay días que lo veo mejor y otros que le cuesta un poquito más». Del juego de los rojiblancos subraya que «no suele ser un equipo dominador y le gusta defender mucho y jugar a la contra, pero si te encuentras a un equipo igual, pues se te complican los encuentros».
Y recuerda el último encuentro liguero: «En Elche salió a ver qué pasaba y cuando lo tuvo todo perdido se cambió y se jugó muy bien. La presión también juega». Por se refiere a la falta de gol. «Al final el tema de los delanteros, muchas veces va por rachas. Creo que Djuka ha demostrado otros años que tiene gol, pero este año no está siendo un buen año. Y es un poco por lo que va relacionado la falta de eficacia. A Mario le falta cofianza y Otero no es un goleador», concluye.
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