El legado del 'Brujo' contra el cáncer

Eterno por sus goles, la leyenda de Quini trasciende su prolífica capacidad rematadora. Su impronta está marcada por una inmensa generosidad y bonhomia, rasgos que marcan la impronta del carismático ariete.

En el estadio que desde su fallecimiento lleva su nombre, su legado altruista perdura y se refuerza con gestos como el que se llevó a cabo ayer al mediodía. A través de Goyo Ezama, su director general, y Diego Oliveira, su homólogo en el área de marketing, EL COMERCIO entregó en el terreno de juego del municipal gijonés un talón de 1.500 euros a la Fundación Quini.

La donación corresponde a los beneficios que se obtuvieron con los ejemplares vendidos del álbum publicado por este diario, que repasaba a través de las fotografías más icónicas la laureada trayectoria del legendario ariete. «Todos los ingresos generados de la acción van destinados a la Fundación Quini para la promoción de todas sus actividades», explicó Goyo Ezama, que agradeció el respaldo del Sporting, representado ayer por su vicepresidente Javi Martínez, y del Ayuntamiento de Gijón a su iniciativa. «Fue un éxito», señaló Ezama, que destacó la buena acogida que le brindaron los lectores al proyecto con fines solidarios, destinado a mejorar las condiciones de niños que sufren cáncer, la enfermedad con la que tuvo que lidiar el mito rojiblanco.

Altruista con aquellos que atravesaban dificultades, con una mirada siempre cercana a los más jóvenes, Quini tenía un deseo que cada vez está más cerca de cumplirse. «Cada vez que iba a visitar a los críos al hospital siempre tenía eso en el corazón y decía 'si algún día tenemos la suerte de poder tener una Fundación y hacer unas becas relacionadas con esto...'», indicó Falo Castro, presidente de la Fundación, que recordó que podrán desarrollarse gracias a contribuciones como las de EL COMERCIO, al que se mostró profundamente agradecido «por esta iniciativa y la ayuda que nos da».

«El otro día me emocioné mucho porque hacemos el tour por El Molinón y vienen colegios con críos muy 'pequeñinos'. Me trajeron un mural dibujándole a él que tengo guardado con mucho cariño», confiesa Falo, que señala que siempre que le pregunta a los pequeños todos le responden que sus padres y sus abuelos glosan su olfato goleador y su bondad. Una calidad humana que perdura a través de su Fundación y sus apoyos.