Mirandés 1 - 1 Sporting de Gijón: los rojiblancos reaccionan a tiempo en Anduva

El Sporting acudía a la casa del mejor equipo como local de la Segunda División. Lo hizo con la intención de revertir las dos derrotas consecutivas en la Liga y no pudo empezar peor.

Albés realizó una revolución en el once inicial. Probablemente para dar descansos a ciertos jugadores. No estuvo acertado. Se equivocó con tantas permutas. Su plantilla no da para tanto. No solo porque llegara perdiendo al descanso, si no más bien por la mala imagen ofrecida en el campo.

Resulta preocupante que un equipo como el Sporting completara un primer acto tan ridículo. El equipo estuvo fuera de bolos. Ni defendió bien ni jugó al fútbol ni creó peligro. Un desastre total.

El balón estuvo más tiempo por el aire que sobre el verde de Anduva. Un encuentro más propio de un patio de colegio que de fútbol profesional. En medio de esa batalla aérea Curbelo y Panichelli tuvieron un fuerte encontronazo. El delantero del Mirandés fue directamente al hospital después de haber perdido el conocimiento, mientras que Curbelo fue sustituido por Maras y pudo ver la segunda mitad junto a sus compañeros.

Además del susto, la acción dejó un penalti a favor del Mirandés. El colegiado tuvo que haber detenido el juego nada más desplomarse los dos jugadores, pero no lo hizo. La acción terminó con una mano de Kevin Vázquez en un centro al área. No hay discusión. La acción es clara.

Laucher no perdonó y celebró el gol de su equipo. Fue lo único que pudo ver el aficionado al fútbol. El resto de la primera parte fue para olvidar. Una imagen preocupante que no pudo ni cambiar un desafortunado Dubasin. Tampoco fue la noche del atacante rojiblanco.

Albés no quiso mover el banquillo en el tiempo de descanso. Una decisión difícil de entender. Lo cierto es que el equipo mejoró. Sacó orgullo para adelantar las líneas, presionar al rival y no dejar ni respirar al Mirandés. Intentó recuperar el tiempo perdido.

Si el primer acto es para sonrojar a los futbolistas, en el segundo periodo hay que reconocer que el equipo reaccionó. Y lo hizo para que el Mirandés terminara pidiendo la hora. Hasta cinco ocasiones desaprovecharon los hombres de Albés para poder ganar en Anduva.

El gol llegó con polémica. El colegiado pitó una mano de Nacho Martín antes de que Róber Pier, el mejor del Sporting, igualara la contienda. El VAR corrigió al árbitro y el tanto subió al marcador para que el Sporting sumara un punto y rompiera la mala dinámica de dos partidos consecutivos perdidos.

El choque deja a Caicedo en entredicho. El delantero volvió a desperdiciar una oportunidad para demostrar que Orlegi ha acertado con su apuesta para rendir en el fútbol europeo. El delantero lo dejó todo en el campo, pero no es suficiente para un futbolista que, en teoría, está llamado a marcar las diferencias.

Bernal, por su parte, mejoró al equipo en la segunda parte. En este caso sí aprovechó la titularidad en el centro del campo junto a Nacho Méndez y Gelabert.

El punto no es del todo malo si el 2024 termina con una victoria el sábado en El Molinón ante el Málaga, pero lo que es indiscutible es que la imagen inicial no es propia de un equipo de fútbol profesional. Que se lo hagan mirar. No es la primera vez que sucede esta temporada.

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