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«Las finales, al final del campeonato, no creo en finales durante la temporada», manifestó ayer Miguel Ángel Ramírez, entrenador del Zaragoza, quien se reencuentra ... esta tarde con el Sporting, al que dirigió un año y medio y con el que el curso pasado alcanzó el 'play off'. Con ese arranque, el técnico no enmarcó el choque de hoy (18.30 horas) en una situación límite, pese a la necesidad de los dos equipos. Pero sí calificó el partido de «importante», apelando a la pasión de La Romareda: «Queremos estar mañana –por hoy– unidos, fuertes, para hacer frente al verdadero rival, que es el Sporting».
«Vamos a ir a por el seis de seis», apuntó a renglón seguido Ramírez, serio, en un guiño a los dos encuentros que el equipo maño juega en su campo en esta fase del calendario. El Sporting, cómo no, centró buena parte de su discurso, con una valoración cariñosa de su etapa en Gijón. «Es muy especial este partido, el Sporting es un club al que quiero muchísimo», recordó. Luego, prosiguió explicando que «allí generamos algo muy especial, que creo que nunca había vivido, con empleados, con todos los jugadores». Y puso en valor el trabajo realizado: «Fue una relación deportiva y personal muy sana, increíble, y logramos transformar un club en el día a día. Había muchas cosas que cambiar y fuimos capaces, y eso se terminó traduciendo, con paciencia y trabajo, sin cortaplacismos, en pasar de estar cerca del descenso a estar cerca de ascender».
El técnico fue preguntado por el ambiente de La Romareda y los pitos que ha recibido. «No me lo tomo por lo personal, cualquiera que ocupe este cargo va a recibir eso», aseguró. Tampoco se mostró intimidado ante la posibilidad de ser destituido. «Si pienso eso, que venga otro y que lo echen en junio para que contraten a otro... Que se siga así, que viene muy bien para la estabilidad de los clubes», ironizó. «Sé que me van a echar, no sé si en una semana o en un año», dijo, lanzando una reflexión: «No sé si esto es lo mejor para la estabilidad de un proyecto». Y pidió dejar de ser «cortoplacistas». «Cuando se construye algo grande, no es una cuestión de tres semanas», defendió. Y volvió sobre sus pasos, con la sombra de la destitución: «Me da igual, me van a echar, tampoco me importa. Vivo cada día como si fuera el último».
Con varias bajas en su plantilla, como Marcos Luna, considerando a Aketxe como recuperable, Ramírez se refirió antes de concluir a la baja de Olaetxea y cómo esta puede influir en el Sporting: «El comportamiento con él o sin él es distinto, pero esperamos un comportamiento que ya han tenido y la referencia es la semana pasada. Seguro que el míster podrá dar continuidad a eso porque se vio un buen Sporting».
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