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Que el fútbol siempre da revancha es uno de los tópicos al que acuden los entrenadores de forma recurrente. Es así. Más si cabe cuando ... juegas de viernes, como le ocurre al Sporting de Gijón esta Semana Santa. Los rojiblancos apenas han tenido tres días de entrenamiento esta semana para preparar el encuentro que les medirá mañana a las siete de la tarde al Club Deportivo Mirandés.
Será el debut de Asier Garitano en el banquillo de El Molinón y una ocasión de oro para que el conjunto rojiblanco logre encadenar dos triunfos, algo que se le resiste desde comienzos de noviembre. Para ello el técnico vasco solo ha dispuesto de tres días de preparación, contando el de hoy, toda vez que el lunes fue el día de regreso tras el partido en Elda y los rojiblancos no se ejercitaron ya hasta el martes.
Lejos quedan ya esos prolíficos meses otoñales de octubre y noviembre en los que los de Rubén Albés coqueteaban con el ascenso directo y cimentaron buena parte de los 44 puntos que acumulan en estos momentos los gijoneses. El 10 de noviembre, el Sporting vencía en El Plantío de Burgos por 0-2. Era, de hecho, su tercera victoria seguida tras las de Soria, en Copa del Rey, y Cádiz en El Molinón. Las tres sin encajar gol. Cinco meses y una semana después, los rojiblancos han sido incapaces de volver a encadenar triunfos. De hecho, desde la mencionada victoria en Burgos, la escuadra sportinguista solo ha podido celebrar tres triunfos: frente a Córdoba y Burgos, en El Molinón, y ante el Eldense, el pasado domingo.
Con estos precedentes saltarán mañana al terreno de juego los pupilos de Asier Garitano, tratando de recuperar también esa idiosincrasia con el templo rojiblanco que les llevó a ganar cinco partidos seguidos de local en la primera vuelta, llegando a ser el mejor equipo en los partidos disputados en su feudo. Un panorama diametralmente opuesto al de los últimos partidos como local. Los últimos dos duelos en El Molinón, frente a Tenerife y Albacete, infligieron sendas derrotas.
El Club Deportivo Mirandés, en cuarta posición, buscará hurgar en la herida como local de los rojiblancos. Los burgaleses, que en agosto tuvieron problemas para disputar algún encuentro amistoso por falta de jugadores, llevan todo el curso alternando el ascenso directo con los puestos de promoción. Se han ganado la etiqueta de equipo revelación a pulso aunque, eso sí, su rendimiento difiere. Mientras en Miranda de Ebro es un equipo casi inabordable, solo una derrota y segundo mejor local, lejos de Anduva sus registros se tambalean: 4 victorias, 4 empates y 9 derrotas. Aún no han ganado a domicilio en lo que va de año.
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