«Me voy tranquilo, hice todo lo que me pidieron, pero no pudo ser»

–¿Cómo se encuentra?

–Sinceramente, mejor de lo que esperaba. Al final me toca cambiar completamente de vida. Estoy tranquilo porque he hecho todo lo que ha estado en mi mano. Se me abre un nueva vida y es lo que hay que afrontar. No puedo pensar más allá.

–¿Se despide entonces definitivamente del fútbol?

–Dije que lo iba a intentar hasta que alguien me dijera que no lo iba a poder hacer más. Lo hice hasta que ahora un médico me ha dicho que mi salud está en riesgo. Viendo que la rodilla no aguanta, es algo implanteable. Dejo el fútbol como jugador, pero seguro que me engancho por otra vía. Ahora mismo no está en mi cabeza, pero este deporte ha sido toda mi vida. Después de un año de descanso mental, volveré.

–¿Qué siente? ¿Está triste, decepcionado, frustrado...?

–Siento cierta impotencia. El fútbol lo tenía, pero las lesiones no me han dejado demostrarlo. Incluso este año, en pretemporada, que no estaba ni al 70% después de cuatro años sin jugar, me decían que tenía el fútbol. Y te genera algo de ansiedad e impotencia. Lo tenía, pero no he podido. Es impotencia, pero con un poso de tranquilidad. He hecho todo lo que me han pedido, pero no ha podido ser.

–Ha sufrido cinco operaciones con tan solo 23 años.

–Al final la edad es un número. Si me hubiese pasado con 27, hubiese hecho lo mismo. Me queda el sabor agridulce de no haber podido disfrutar del fútbol como me gustaría porque al ser tan joven no me ha dado tiempo a hacerlo.

–Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo se encuentra mentalmente?

–Te ves obligado a madurar antes. Al final he pasado momentos muy duros. Con la tercera o cuarta operación viví situaciones muy complicadas.

–¿Se refiere al trabajo en la sombra del que siempre se habla y no se ve?

–Sí. Desde fuera no se ve lo que se trabaja para volver. Se habla mucho, pero nadie ve la realidad del futbolista. Fueron momentos de aprendizaje. He conocido a personas maravillosas que me han enseñado mucho, que se convirtieron en psicólogos diarios, pero esto no me pilla por sorpresa. Tengo proyectos de futuro, la vida no se acaba aquí. Tengo 23 años, miraré hacia atrás y lo veré como un aprendizaje.

–¿Recuerda su primera lesión?

–Perfectamente. Jugábamos fuera de casa contra el Getafe. Era un prepartido en Mareo. Se me derrumbó el mundo. Acababa de hacer pretemporada con el primer equipo y fue un golpe durísimo. Personalmente no estaba bien y el fútbol era una vía de escape. Pese a todo, el proceso de recuperación lo disfruté mucho. Empecé a entrenar más y a cuidarme más. Creo que fue la etapa de mayor crecimiento.

–A partir de ahí...

–A partir de ahí comenzó todo. Aquella lesión fue en la rodilla derecha. Luego rompí cuatro veces la izquierda.

–Y esta última vez ha sido la definitiva.

–Sí. Una plastia de cruzado no es lo mismo que el ligamento en sí. No rompen igual. No es exactamente igual. Esta vez fue un movimiento normal del fútbol, no fue lesivo. De hecho seguí entrenando 20 minutos más. Era un postpartido y lo hice completo. Al día siguiente se me empezó a hinchar la rodilla y ya me empecé a asustar. Luego ya se vio que estaba todo roto.

–Llegó a ser la joven promesa de Mareo.

–Pues sí. Esa etapa la recuerdo, pero son etiquetas que te ponen. Nunca lo tuve muy en cuenta. Siempre sabes que al estar avanzado en la edad sientes que hay cierta esperanza en ti. Pero nunca tuve la presión de sentir que tenía que ser futbolista sí o sí. Nunca sentí esa responsabilidad.

–¿Qué planes de futuro tiene?

–De momento quiero despejar la cabeza. Me queda un año de Magisterio de Educación Primaria y lo quiero terminar. Me quedan las prácticas. Y me gustaría estudiar CAFYD (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). Al final, con tanta rodilla, rehabilitación y entrenamiento, me puse a leer y es un mundo que me gusta. Conocí a gente maravillosa como Rafa Méndez, que trabaja Gijón, a Andrea y Pedro, de Madrid… Es gente que sabe mucho. Me gusta ver entrenamientos de alto rendimiento. Es algo que me llama la atención y no descarto intentar trabajar en ello en un futuro.

–¿Seguirá practicando deporte?

–Claro. Seguiré haciendo deporte, porque me encanta y es mi forma de vida. Tengo que ver qué puedo hacer para que no me afecte a la salud. Prepararé carreras y algún triatlón. Siempre pensando en un desafío que me motive. Me gusta competir, por lo que buscaré algo que me llene el tema de la competición para poder mejorar personalmente.

–¿Le quedan ganas para ver fútbol?

–Sinceramente, no. Al menos por ahora. No veo absolutamente nada de fútbol. Si coincide que hay fútbol en la tele y quedé con los amigos, lo veo. Pero intento despejar. Sigo por los marcadores cómo quedan los equipos. Sigo al Teruel y al Avilés, donde estuve en pretemporada. Pero quiero tomármelo con mucha calma. Quiero descansar para luego volver con ganas. Quiero tener ilusión por lo que pueda llegar en un futuro y no llegar quemado.

–¿Está siguiendo algo el Sporting?

–Tampoco. Soy del Sporting y lo seguiré siendo toda la vida, pero no tengo un gran recuerdo. Pensar que podía haber estado ahí cuesta. Cuando se me pase todo lo de la rodilla seré abonado e iré a El Molinón. No tengo dudas».