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Carlos Alba, durante su ponencia ayer. DAMIÁN ARIENZA

«El 75% de los aceros que ahora se fabrican no existían hace diez años»

El responsable mundial de Inteligencia Artificial de Arcelor recomienda a los premiados celebrar los galardones, pero también «no dormirse»

N. A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Viernes, 31 de enero 2020, 02:38

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Fue una loa al progreso, a hacer posible lo que resulta casi inimaginable y, por supuesto, también al acero. El responsable mundial de ArcelorMittal en Inteligencia Artificial, el asturiano Carlos Alba, ofreció ayer una ponencia en los II Premios Innova, que conceden EL COMERCIO y Vodafone, en la que abordó la velocidad del cambio, pero también la importancia de las personas que lo impulsan. «Es un carro al que debemos subirnos», apuntó, puesto que la tecnología y la innovación ya están «al alcance de todos».

En esos avances, aseguró Alba, el acero «ha sido, sigue siendo y seguirá siendo la base del progreso de la sociedad». De ahí que Arcelor se mantenga a la vanguardia tecnológica, gracias, en parte, a las investigaciones que se desarrollan en sus centros globales de I+D de Avilés, donde se centralizan muchas competencias en esta materia de la multinacional. Del capital humano que trabaja en ellos, una mayoría procedente de la Universidad de Oviedo, han salido «cosas extraordinarias», recalcó. Así, la tecnología llega a imitar el comportamiento de las hormigas para programar las líneas de producción y optimizar los costes de las factorías de todo el mundo o se utilizan modelos matemáticos combinados con inteligencia artificial para decidir las compras en Estados Unidos, algo que se hace con algoritmos desarrollados en Asturias. Y, mientras se avanza en mejorar la competitividad con estos procesos, el propio metal se transforma y gana propiedades para ser más ligero, resistente y diversificar sus usos. «El 75% de los aceros que ahora se fabrican no existían hace diez años», explicó Alba, sobre el tremendo avance que se está dando en el sector de los materiales y en el acero, en concreto, del que se producen 1,6 billones de toneladas anuales y cuya capacidad para reciclarse infinitamente le permite ser también un motor de innovación.

Ejemplos cinematográficos sirvieron también a este experto con sede en Asturias, pero que viaja por todo el planeta, para ilustrar cómo los avances en computación están transformándolo todo y, lo que hace relativamente poco era impensable, ahora es una realidad. «El mundo gira cada vez más rápido», insistió Alba, que recordó cómo pasaron 8.000 años entre la revolución agrícola y la industrial, pero luego solo 120 hasta contar con bombillas en los hogares y, desde esa fecha, 90 para llegar a la luna, solo 22 entre el alunizaje y la creación de la web y, en 9 más, se logró decodificar el genoma humano. El ritmo del cambio se acelera cada vez más.

De este modo, recordó cómo los robots humanoides que aparecían en el filme Metrópolis, de 1927, parecían «algo muy peliculero» y hoy son, prácticamente, una realidad, o cómo las videollamadas que aparecían en Star Trek, en 1966, son habituales con aplicaciones como WhatsApp o FaceTime, igual que Siri o Alexa pudieron tener su predicción cinematográfica en '2001: Una odisea del espacio'. Incluso citó a Hugh Herr, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2016, como una persona biónica, que logró sustituir sus piernas amputadas en un accidente de montañismo por prótesis de tecnología avanzada y conectadas a sus propios nervios.

Por ello, no ve descartable que, en algún momento, el mundo virtual de otra película, en este caso 'Ready Player One', sea una posibilidad «muy real». Incluso citó predicciones que apuntan a que en 2023 se prevé que la capacidad de computación e inteligencia artificial sea superior a la capacidad media humana y que, en 2045, ya supere a la de todas las personas de la Tierra. Que se alcance, incluso, «la singularidad», en la que las máquinas tomen el control. Los pasos ya se están dando. Prueba de ello es cómo ya pueden ganar a los humanos en juegos como el Go, en el que Lee Sedol, 18 veces campeón del mundo, fue vencido por la inteligencia artificial AlphaGo.

Pero Carlos Alba no solo habló de la producción siderúrgica o del poder de la inteligencia artificial, también subrayó el papel de las personas que la impulsan, y, parafraseando a Gregory Ludkovsky, vicepresidente de I+D de ArcelorMittal, se preguntó qué hubiera pasado si Steve Jobs hubiera nacido en Asturias y si Apple seguiría teniendo su sede en Cupertino. «Las personas son fundamentales», recalcó, aunque también recomendó a los presentes ser conscientes del cambio y, para ello, explicó la paradoja del éxito y, como metáfora, la vida de un pavo, que va mejorando día tras día, sin preocupaciones, hasta que llega Acción de Gracias y termina en el horno. Así que, «celébrenlo, comuníquenlo, pero por favor no se duerman» espetó a los premiados. El mensaje caló muy hondo.

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«El 75% de los aceros que ahora se fabrican no existían hace diez años»