«El hidrógeno necesita los grandes proyectos para validar las tecnologías»

-Frente a numerosas empresas que han creado divisiones de I+D, Petronor optó por crear una filial. ¿Cuál fue el motivo?

-Fue consecuencia del análisis estratégico de la compañía para el periodo 2015-2020. En este plan se identificaba la innovación como uno de los pilares fundamentales para el futuro. La creación de una filial buscaba disponer de una organización pequeña, pero ágil, conectada a la estrategia de la compañía, pero separada de las urgencias del día a día del proceso productivo y, no menos importante, que se integrara en la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación (RVCTI) de modo que fomentara la innovación abierta, la coordinación y el desarrollo de capacidades tecnológicas en un entorno de alta especialización. El tiempo nos ha dado la razón y nos ha permitido desarrollar una estrategia de innovación propia.

-En plena descarbonización, el futuro de Petronor, una empresa petrolífera, ¿dónde está?

-Vemos a Petronor como una industria multienergética, altamente eficiente y de cero emisiones netas. Será una compañía que avanzará en la eficiencia de sus procesos actuales de combustibles fósiles, con una progresiva introducción de combustibles renovables y climáticamente neutros y la producción de nuevos productos energéticos de baja huella de carbono para la industria. Además, apostamos por la fabricación de nuevos materiales a partir del aprovechamiento de residuos, fomentando la economía circular.

-¿Cómo plantean alcanzar la neutralidad climática y seguir siendo rentables?

-La neutralidad climática y la rentabilidad de nuestros productos y su accesibilidad para la sociedad son, junto con la seguridad energética, los tres pilares en los que se basa la sostenibilidad del sistema energético. Nuestra estrategia para superar los retos que dificultan combinar los tres factores se basa en la neutralidad tecnológica (todas las tecnologías han de ser testadas y deben competir entre sí), su validación ágil con proyectos de demostración tempranos y la capacidad de escalarlos a proyectos industriales a través de la colaboración entre empresas y, por supuesto, la público-privada.

-¿Qué energía consumiremos en el futuro y qué papel jugarán los combustibles tradicionales?

-El futuro será multienergético, con una amplia convivencia de soluciones de emisiones netas cero. Y va a ser necesario desarrollar tecnologías y productos que permitan descarbonizar sectores que actualmente tienen difícil la transición.

-Por ejemplo, la gran industria...

-No podemos olvidarnos de ella, principalmente la industria intensiva y de alta temperatura como la siderurgia, el cemento, o el vidrio, sectores en los que la electrificación tampoco es una solución posible. Para estos sectores, desarrollamos nuestra estrategia de hidrógeno renovable y de biometano, con la que esperamos alcanzar el equilibrio óptimo del aprovechamiento de los recursos energéticos disponibles.

-Asturias pone grandes esperanzas en el hidrógeno y su desarrollo a gran escala. ¿Qué grado de madurez ve a su tecnología para conseguir producciones masivas?

-Las tecnologías de producción de hidrógeno están en este momento desarrollándose para escalar a equipos más grandes, principalmente en la tecnología alcalina, actualmente más madura, y el PEM. Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de capacidades de 100MW o superiores, hablamos de instalaciones modulares en las que se instalan un número de 'stacks' -su núcleo fundamental- de una capacidad menor, típicamente 5 MW, con elementos comunes de gestión del conjunto. El reto tecnológico actual reside en la integración eficiente y fiable de todo el conjunto de 'stacks'. Los desarrolladores de tecnología de electrolizadores necesitan de la ejecución de estos grandes proyectos, donde podrán validarse las tecnologías.

-¿Qué usarán los aviones, los barcos, los coches...?

-En el transporte aéreo los combustibles sostenibles, más conocidos por el acrónimo en inglés de SAF, serán fundamentales, ya se consigan a partir de biocombustibles avanzados obtenidos a partir de residuos, en los que Petronor somos pioneros, como los obtenidos a partir de CO2 e hidrógeno, conocidos como combustibles sintéticos. El transporte marítimo es otro ejemplo de multienergía, y el sector se está moviendo con rapidez. En este ámbito, además del impulso actual del gas natural licuado, se están desarrollando proyectos con biocombustibles avanzados en el corto plazo, junto con el metanol y el amoniaco como opciones a medio plazo. El transporte pesado y a larga distancia por carretera es otro sector en el que estamos convencidos de que los combustibles sintéticos y los bios avanzados van a ser una solución.

-¿La clave está, entonces, en los biocombustibles?

-Los biocombustibles juegan un papel clave, porque son la solución que permite descarbonizar el transporte ya mismo, con tecnologías e infraestructuras existentes y avanzar rápido en la generación de volumen a escala para igualar el coste de los productos fósiles. Indudablemente, los biocombustibles tienen sus retos, entre ellos el desarrollo de biocombustibles avanzados a partir de residuos agroalimentarios, forestales residuos urbanos.... que de este modo no sustituyan otros cultivos dedicados a la alimentación, sino que complementen su circularidad. Nosotros tenemos un proyecto de combustibles sintéticos de una planta piloto que entrará en funcionamiento en 2025 y que cuenta con una inversión inicial de 100 millones de euros.