«La fabricación aditiva servirá para producir en local y ser más competitivos»

Acaba de ser nombrada presidenta de la Asociación Española de Tecnologías de Fabricación Aditiva y 3D (Addimat) y desde la «ilusión» que le genera el cargo -la primera mujer que lo ostenta-, ya piensa cómo aprovechar el reclamo de su veterana juventud para «captar talento joven, al que le guste la tecnología y quiera darle una visión diferente al sector». Inquietud, ganas y empuje no le van a faltar a Mariel Díaz (Jagua de Ibirica, Bogotá, 1990), CEO y fundadora de Triditive, una ingeniería industrial mecánica, apasionada de la fabricación aditiva, tecnología a la quiere exprimir su potencial.

-¿Qué objetivos se ha fijado durante el año de su presidencia?

-Visibilizar la fabricación aditiva como esa tecnología clave para reindustrializar España y dar una respuesta a la crisis de suministros que vivimos. En otros países ya está siendo así y aquí aún nos lo estamos preguntando. Si queremos ser competitivos y volver a fabricar de manera local necesitamos tecnologías avanzadas de fabricación y una de ellas es la aditiva. Buscaré también crear espacios de colaboración entre los asociados (más de un centenar) para poder generar más oportunidades de negocio.

-¿Qué retos tecnológicos quedan por resolver de la fabricación aditiva?

-Ahora mismo hay un camino de evangelización, que las empresas conozcan sus potencialidades. Dar a conocer lo que están haciendo los demás, sus competidores, y cómo pueden ser más competitivos. Además, nos queremos convertir en desarrolladores de tecnología en España y no únicamente importadores de ella.

-¿Qué sectores están siendo tractores en la aplicación de esta tecnología y cuáles podrían o deberían ser los siguientes?

-Los sectores tractores son los tradicionales, que, por el alto valor añadido de las piezas, siempre la han usado: automoción, aeroespacial, defensa... El reto es llevarlo a otros sectores como el típico de máquina-herramienta, para que cualquier fabricante de un centro de mecanizado pueda adoptar esa tecnología en una línea de manera más fácil.

-¿Y qué me dice de la bioimpresión?

-Es una de las tecnologías de la aditiva, pero tiene una curva de adopción que está más alejada que las propias aplicaciones industriales porque, al final, los biomateriales tienen que pasar una serie de certificaciones, y el proceso es más complejo. Eso no quiere decir que no se esté trabajando en ello y que su futuro sea muy prometedor.

-¿Se está acelerando su proceso de industrialización?

-Sí. La pregunta que ya se están haciendo en otros países no es si podemos hacer algo con fabricación aditiva porque ya han determinado los casos de uso y dónde aplicar la tecnología. La pregunta que se están haciendo es cómo escalamos la producción. Hemos validado esto, nos funciona y queremos meterlo en una línea y un producto. Eso es lo que tenemos que conseguir en España. Llegar a ese punto donde las empresas se hagan la siguiente pregunta.

-¿Dónde están las claves para dar el salto a una producción en serie?

-Tener la capacidad productiva en la maquinaria. Tener un producto y una aplicación identificada donde la fabricación aditiva pueda explotar el potencial que tiene. Otras son que las personas que trabajen en las empresas puedan pensar en clave aditiva, y que los clientes se sientan seguros con su uso.

-¿La fabricación aditiva pone en riesgo otros procesos tradicionales?

-En absoluto. Son complementarios. Tanto la fabricación aditiva como los métodos tradicionales pueden convivir juntos y esa unión es la que permitirá generar ese potencial y ser más competitivos. Te abre un importante abanico de posibilidades para ofertar.

-¿Qué papel puede jugar la fabricación aditiva en el momento actual de escasez de materiales, digitalización de la industria...?

-A nivel de transformación digital de la industria manufacturera, te va a permitir fabricar localmente de manera más rápida y a un precio más competitivo. Y esto tiene que ver con toda la crisis de suministros. No puedes tener una línea parada meses por falta de piezas. Y ahí es donde la aditiva demostrará su potencia.

-Estamos, por tanto, ante una profesión con mucho futuro, ¿no?

-Así es. Hay una gran demanda de perfiles especializados pero, en España, no los hay.

-¿No se están formando?

-En las universidades no está la fabricación aditiva, tampoco en los centros de FP. Si me apura, tendría que haber ya conocimientos en las enseñanzas básicas porque hay una necesidad y poca oferta de mano de obra.

-¿De qué perfiles hablamos?

-Esta es una tecnología transversal que toca todas las áreas de conocimiento. Enfocados a la parte de producción, ingenieros mecánicos, de producción, informáticos, progamadores, operarios de FP... Y las empresas que somos desarrolladoras de tecnología, como Triditive, buscan todo tipo de perfiles, desde administración y 'marketing' hasta mecatrónica, o materiales.

-¿Asturias está bien posicionada en esta tecnología?

-No. Si hablamos de su adopción a nivel industrial, muy pocas empresas utilizan esta técnica, pero a nivel de desarrollo, desde Triditive nos hemos situado muy bien a nivel nacional, y eso permite mejorar el posicionamiento de la región en España.

-¿Cómo se imagina la fabricación aditiva dentro de 10 años?

-Ya se prevé que su mercado crezca hasta unos 30 billones de dólares americanos en tres años, casi duplicando su tamaño. Estamos viviendo un cambio global en cuento a traer la fabricación de vuelta. EE UU es pionero y ya está en ello.

-Habla siempre con entusiasmo de EE UU. ¿Qué pasa con Europa o España?

-Ellos han detectado que la aditiva es la tecnología que les va a dar competitividad a nivel de fabricación industrial, y es lo que tenemos que lograr aquí. La fabricación aditiva representa el 15% del PIB de Europa, y no podemos perderlo. Porque, además, lleva miles de millones de empleos asociados. Y por cada empleo que se genere en industria, se crean otros tres adicionales por servicios añadidos.

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