«El problema de la IA no está en la privacidad, está en la transparencia de los algoritmos»
Bernardo Crespo, experto en Transformación Digital, apela a una armonización internacional para tratar sus riesgos
Analizar las oportunidades y retos para las empresas y los humanos, y «entender el impacto que trae consigo todo el aluvión de nuevos modelos intensivos ... en el uso de grandes cantidades de información». Eso es lo que hará Bernardo Crespo (Córdoba, 1973) en la conferencia inaugural del Foro Asturias Digital 2023, que organiza el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales del Principado (COIIAS), y que se desarrollará en el Palacio de Congresos de Oviedo.
La intención de Crespo, uno de los máximos expertos a nivel nacional en Transformación Digital, es «ofrecer una visión crítica» y arrojar «entendimiento» sobre lo que es la Inteligencia Artificial (IA), para acabar hablando sobre la inteligencia aumentada. O, lo que es lo mismo, sobre la mejora de la inteligencia humana gracias a esas tecnologías basadas en la IA con un objetivo con sentido para el interés general.
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Jornada Lleva por título 'La revolución de la inteligencia artificial', y está organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Asturias. Tendrá lugar en el Palacio de Congresos de Oviedo.
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Apertura Correrá a cargo del consejero de Industria, Enrique Fernández; el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; el decano del COIIAS, Esteban Fernández Rico, y la directora de la Agencia Sekuens, Eva Pando.
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Conferencias Bernardo Crespo hablará de la revolución de la IA; Diego Díaz, de la IA en la industria; Alberto Delgado, sobre líderes de la era digital; y Elías Fernández-Combarro, que hablará sobre la era de la computación cuántica.
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Otros Habrá 'elevators pich' de 12 de empresas, stands y demostradores de tecnología.
Desde el punto de vista de la aplicación a corto plazo de la IA generativa, el director académico del Programa Executive del IE Business School explica su uso en la automatización general de contenido «lo que nos puede llegar a un espacio distópico porque desde 2022 la realidad ha cambiado y vamos a empezar a regurgitar contenidos generados de manera automática, por lo que tendremos que empezar a definir unos límites». También cree que será el momento de empezar a reflexionar sobre «las nuevas habilidades» que deben cultivar los profesionales que se incorporan a las empresas.
Desinformación, manipulación, generación de contenidos falsos o sustitución de las fuentes básicas de información sobre las que se construye opinión son algunas de las consecuencias de un mal uso de la IA que hacen necesaria esa definición de límites. En opinión de Crespo, cabría desarrollar un movimiento de autorregulación y ética de los contenidos generados, una especie de «etiquetado obligatorio» que, reconoce, hoy por hoy no es posible.
Respecto a la falta de una regulación normativa, en su opinión, los pasos dados en Italia, pionera en prohibir ChatGPT por el uso de información personal, que ahora parecen seguirse en Alemania o España, «es un puñetero error. ¿A estas alturas nos preocupa quién tiene mis datos? Si los estamos regalando continuamente. El problema no está en la privacidad, que siempre lo estuvo, está en el uso y la transparencia de los modelos algorítmicos. Porque hay aspectos que no vas a poder cambiar nunca, como los biológicos». En este sentido, la directiva europea que aún está en fase de borrador define ya ciertos niveles de riesgo «inaceptables» como, por ejemplo, «el uso de la información biométrica para automatizar procesos».
No obstante, advierte también del riesgo que supone «ponernos excesivamente escrupulosos en la definición de la regulación respecto al avance del planeta. Hay una parte de desarrollo y progreso y asimismo hay riesgos. Es una decisión compleja». En opinión de Crespo «tenemos que empezar a generar una cultura y una alfabetización alrededor de los datos con el propósito de que esto no sea únicamente territorio de científicos de datos».
El problema, asegura, no está tanto en la tecnología como en la intención del ser humano e insta a «un esfuerzo y armonización internacional para tratar cuales son los riesgos de la IA generativa cuando cae en manos malintencionadas». «Habrá que hacer sacrificios», concluye Crespo.
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