«Fue más fácil marcar a Maradona que vender un piso hoy»
«A los bancos les sacaría tarjeta roja, porque siguen reacios al crédito y además se han convertido en nuestros grandes competidores» José Manuel Espinosa Gerente de agencia inmobiliaria
MARCOS MORO
Domingo, 9 de mayo 2010, 13:52
José Manuel Espinosa Gómez (Toledo, 1959) pasó a la historia del Sporting por su impecable marcaje a Maradona en El Molinón en febrero de 1983. Asegura que ahora aplica a vender pisos el mismo pundonor con que 'secaba' a los grandes delanteros de su época. Por ello, ahora le toca -explica- demostrar la polivalencia que exhibía como zaguero, pero en un sector, el inmobiliario, goleado por la crisis.
-¿Cómo acaban dos figuras de la historia rojiblanca como Espinosa y Ablanedo en la 'alineación' de sendas agencias inmobiliarias?
-La incursión de Ablanedo es posterior a la mía. En mi caso, resultó que por mis inversiones tenía muchos amigos promotores y constructores. Y uno de ellos, Juan Silvestre, de Construcciones Los Campos, me presentó a Jesús Peláez, que ya pertenecía a este mundo y era un excelente profesional. Juntos pusimos en marcha esta agencia en el número 7 de la calle Uría en enero de 1994. Que yo sepa, también está metido en este negocio Tati, en Avilés.
-Sincérese. ¿Qué entraña más dificultad: el marcaje perfecto que le hizo al 'Pelusa' o vender un piso con la que está cayendo?
-En esta época digo, sin dudarlo, que era más fácil marcar a Maradona que vender un piso hoy. Y eso que El 'Pelusa' en aquel momento estaba al mismo nivel que ahora Messi. Fue una empresa difícil y la saqué adelante, pero el reto inmobiliario es, en este momento, más peliagudo.
-¿Qué aprendió en los terrenos de juego para el momento en que decidió colgar las botas?
-Que siempre hay que estar al pie del cañón y darlo todo, poniendo pasión y entrega en lo que haces. Tanto en el fútbol como en el mundo laboral, si por algo me he caracterizado, es por el trabajo, la capacidad de sacrificio y la entrega. Como jugador, no tenía grandes cualidades, pero las pocas que atesoraba las supe explotar al máximo. Ello me permitió jugar diez años en Primera División en el Real Madrid, el Sporting y el Celta. Otra lección que aprendí del deporte es que los más veteranos no se pueden dormir en los laureles porque, si no, los jóvenes les quitan el puesto.
-¿Cómo es que ha podido pillarles la crisis, a la mayoría de su sector, en fuera de juego?
-Hemos tenido 14 años de mucha bonanza en todos los sentidos y la realidad es que las agencias nunca imaginamos con encontrarnos una situación así de cruda. El que no supo guardar cuando las cosas pintaban bien es el que ha tenido que cerrar ahora. Ha habido una limpieza importante. Hemos pasado de 370 empresas en activo a un número entre 50 y 60.
-¿En Gijón, el negocio de la intermediación inmobiliaria, como la Liga de las estrellas, es sólo cosa de los dos más grandes?
-Sí, es igual que en la Liga, con el Madrid y el Barça. Los dos son los referentes en Gijón y Asturias. Los demás seguimos aprendiendo y tratando de hacernos nuestro hueco.
-¿A quién le sacaría tarjeta roja directa en este momento?
-A los bancos, sin dudarlo. No sólo siguen reacios al crédito, sino que, además, se han convertido en nuestros grandes competidores al poner en el mercado, a precios rebajados, el abundante stock de pisos que se han quedado por el impago de hipotecas.
-¿Las agencias gijonesas necesitan un rescate como el de Grecia?
-La clave de la supervivencia en esta actividad es la prudencia. La gente que lo pasa mal es la que se metió en inversiones fortísimas que ahora no se pueden afrontar económicamente ni en la ejecución de las obras.
-¿Han llegado ya los brotes verdes a la venta de pisos?
-Hay más movimiento, sobre todo de información, porque las ventas siguen siendo las mismas. La vivienda ha pasado de tener un precio desorbitadamente caro a coger un precio razonablemente caro. En segunda mano se nota más el descenso, porque los propietarios se han bajado de la parra, sobre todo en la zona de influencia de Roces.