Un proceso judicial, la anulación del proyecto y la crisis retrasaron la obra

La historia del tramo de la A-8 entre Llanes y Unquera es un cúmulo de desencuentros, enfrentamientos y la judicialización de una infraestructura que se consideraba de vital importancia para Asturias. Todo empezó en 1987, cuando el ministro Josep Borrell anunció una autovía desde Galicia hasta la frontera francesa. Eso suponía que atravesaría de Este a Oeste el Principado de Asturias.

En 1991 se adjudicó el primer estudio informativo para el tramo entre Llovio y Unquera, que posteriormente se dividiría en dos partes. Ya se presentaron entonces cientos de alegaciones de los vecinos, muchos de los cuales decidieron unirse en la asociación Peña Tú. El problema era la disputa por dos trazados alternativos a su paso por el concejo de Llanes, el Sur y el Norte. Los vecinos acusaban al entonces alcalde, Antonio Trevín, de influir en la elección del trazado para facilitar el desarrollo urbanístico de una zona afectada por el proyecto.

Será en 1997 cuando el ministro popular Rafael Arias-Salgado opte por la opción Sur. Dos años después Peña Tú presenta una denuncia ante la Fiscalía, que imputa a tres técnicos encargados del diseño por prevaricación y estafa. Se trata de Ignacio García-Arango, José Antonio Ventura y Fernando Muzas. El asunto llega a un juzgado de Oviedo en 2000 y el ministerio, ya dirigido por Francisco Álvarez-Cascos, decide paralizar el proyecto hasta que haya una resolución judicial. Ésta llega en 2003 y es el juez Ángel Sorando -que posteriormente iniciaría el afamado 'caso Renedo'- quien ordena el archivo de la querella presentada por Peña Tú, al tiempo que recuerda que nunca ordenó la paralización del proyecto. A pesar de todo, sólo una semana después Álvarez-Cascos ordena anular toda la tramitación y comenzar el proyecto desde cero.

En 2004 llegó al Gobierno de la nación el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que prácticamente dejó pasar la legislatura sin tomar una decisión al respecto. Se hizo en 2008, con un trazado similar a la opción Norte inicial, y se adjudican los trabajos del Unquera-Llanes en 165,4 millones de euros. En este punto surgió un nuevo conflicto social, en esta ocasión con los vecinos del barrio de La Mata, en Bustio (Ribadedeva), que pretendían salvar sus viviendas del derribo. No lo lograron.

En 2008 empiezan las obras, pero al poco se encuentra un importante yacimiento arqueológico, que supone un nuevo escollo en la construcción de la autovía. Todo ello coincide con la llegada de la crisis, con lo que los trabajos se paralizan de nuevo. No es hasta 2010 cuando se relanzan con decisión, aunque fue necesario superar unos cálculos erróneos sobre la consistencia del terreno. Todo ello se ha superado y, por fin, tras unos 25 años, la A-8 ya es una realidad.