«Cada muerta es víctima del fracaso social»

«Fallamos cada vez que aflojamos, cada vez que destensamos la cuerda». El presidente del Principado destacaba ayer la «envergadura» del desafío que implica la lucha contra los asesinatos machistas. Javier Fernández, en una Casa de Cultura de Avilés en la que no cabía un alfiler, desgranaba los retos que hay que encarar para poner coto al machismo. Lo hacía sin paños calientes.

«Cada una de las mujeres asesinadas ha sido víctima de nuestro fracaso, cada una de ellas es la prueba irrebatible de un fracaso social que nos mancha las manos porque nadie tiene el derecho a sentirse inocente ante semejante situación», planteaba ante un auditorio mayoritariamente femenino, reunido para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

En lo que va de año, recordó Fernández, han sido dieciséis las mujeres asesinadas. «En este asunto quedarse quieto mirando al tendido y esperando que escampe es una absoluta irresponsabilidad», añadía al tiempo que apremiaba al Gobierno central a «hacer de la lucha contra los asesinatos machistas una urgencia de Estado». «Toda la tibieza es culpable», incidió. Éste fue el mensaje principal que el presidente del Principado quiso transmitir en una intervención en la que calificó de «simplón» al machismo. «Al discurso feminista se le ha requerido toda la carga de la prueba para defender la igualdad», contrapuso. «Es más fácil ser machista que feminista, basta con dejarse llevar».

Para ejemplificar sus palabras recurrió a la actualidad. Al autocar de Hazte Oír y la «enorme mentira que esconde la simpleza de su mensaje, que intenta comprimir la identidad en el espacio que ocupan los genitales». También, a los «gruñidos cavernarios» del europarlamentario polaco que arremetió contra las mujeres. «Con afirmaciones simples, concluyen una falacia».

Y es que, remarcó, el machismo tiene muchas caras, muchas cabezas, «como una hidra». A veces se esconde, en ocasiones es brutal y en otros casos es ruidoso. Pero siempre es machismo y por eso no hay que cejar en la «batalla». Tampoco desde las instituciones, con una actividad, defendió, que ha de desarrollarse desde múltiples puntos de vista. Labor en la que destacó el Pacto Social contra la Violencia de Género firmado en Asturias el año pasado. Pero que no es suficiente en la pelea contra esta lacra.

«Involucrar a todo el tejido social e institucional de esta comunidad autónoma en la lucha contra la violencia machista» es, afirmó, el mandato explícito que tiene la Consejería de Presidencia para seguir avanzando. Un proceso en el que no hay que «olvidar el camino recorrido». De ahí, explicó, el lema de la campaña institucional del 8 de marzo, 'Un paso atrás para coger impulso'.

Si bien había señalado en su intervención la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que en el siglo XX «las mujeres dimos el paso a la modernidad gracias al feminismo», la realidad no pinta demasiado bien en los albores del XXI. «Hay nuevas amenazas. Cuando aumentan las diferencias económicas, el racismo, la xenofobia y los conflictos bélicos, siempre la que lo sufre es la mujer», planteó Monteserín.

En clave reivindicativa se sucedió el resto de discursos, en un acto amenizado con la voz de Anabel Santiago. «No podemos olvidar que estamos aquí celebrando el mantenimiento de un derecho y no la conquista de uno nuevo», precisaba Begoña Piñero, presidenta de Les Comadres, que rememoró la historia del Tren de la Libertad. La emprendedora avilesina Patricia Pérez, la directoria del IES gijonés Ana Gloria Blanco (centro pionero del programa 'Ni ogros ni princesas') y Munia Braña, de Mujeres Jóvenes de Asturias, cerraron el acto con una defensa del feminismo y con un mensaje de fondo: desigualdad como origen de todos los problemas que afectan a la mujer.

«El logro de la igualdad real y efectiva necesita del compromiso de las instituciones públicas y de la sensibilización y promoción en la ciudadanía para construir una sociedad más justa, equilibrada y sin desigualdad en la que todas podamos desarrollar nuestro propio proyecto de vida», sentenció el Consejo Municipal de la Mujer de Avilés en un manifiesto leído en el Teatro Palacio Valdés.