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El tablero del viaducto está hecho en caja, con ambas calzadas en la misma pieza, separadas por una barrera de hormigón. DAMIÁN ARIENZA
La obra de la autovía de Salas a Cornellana se reactivará tras pasar siete años parada

La obra de la autovía de Salas a Cornellana se reactivará tras pasar siete años parada

El alcalde de Salas y los vecinos piden a Fomento que la vía siga «hasta Canero o Ponferrada». El tramo Doriga-Cornellana, listo para abrir el martes

RAMÓN MUÑIZ

CORNELLANA.

Sábado, 23 de diciembre 2017, 00:54

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«Progreso» es la palabra a la que todos se agarran. La Real Academia la define como «avance, adelanto, perfeccionamiento». Una idea que aquí cobra forma de hormigón y dimensiones precisas. Son los 2.300 metros de autovía del suroccidente (A-63) entre Doriga y Cornellana. El tramo está marcado por un viaducto colosal, de 875 metros; sus seis pilas le alzan hasta los 175 metros de altura para que salve el río Narcea. Los operarios trabajaban en él ayer, atornillando las últimas señales. Poco más les quedaba. Todo está listo para que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, llegue el martes a oficiar la que es su primera inauguración en la región. El presidente regional, Javier Fernández, estará con él. Sabe que será una mañana de promesas. La invitación a las autoridades anticipa que se oficiará «la reanudación de las obras del tramo Cornellana-Salas».

Cuando había construido un 40%, Dragados recibió la orden de parar ese tajo. Fue hace siete años. El ministerio se ha pasado el último calculando los perjuicios que el tiempo ha causado en estructuras y taludes y negociando con la constructora de Florentino Pérez las condiciones para volver. También ha acelerado la maquinaria para cerrar el proyecto y pliegos de la segunda calzada entre Salas y El Regueirón (La Espina) con el objetivo de licitarlo en los próximos días.

A precio de alta velocidad

Los entre 4.000 y 8.000 vehículos que a diario serpentean por la N-634 aguardan con paciencia. La conexión Oviedo-Salas-La Espina se incluyó en los fondos mineros del periodo 1998-2001. Los estudios y modificados desembocaron, a inicios de 2007, en la adjudicación de Doriga-Cornellana, con la promesa de terminar en tres años y medio. Las cosas ya iban despacio cuando estalló la crisis y el ministro José Blanco mandó parar. Para acabar 2,3 kilómetros han hecho falta más de diez años. La factura promedia 19 millones el kilómetro. Hay tramos de AVE más baratos.

El tráfico y los obreros han alegrado bares, restaurantes y hostales. «Imagine, en un pueblo pequeño esto trae mucha actividad que ahora perderemos, pero es el progreso, el bendito progreso, y le damos la bienvenida», recibe Ana Menéndez, dueña la cafetería y confitería Casino, quien confía en que el atractivo de sus carajitos «sigan siendo motivo para que la gente venga».

«Hay ganas de que lo inauguren, aunque sea un tramo corto», tercia Jorge Antonio García. Va a trabajar a Tineo. «Para cubrir el recorrido ahora das muchas vueltas; ahorrará bastante», confía. Desde la capital, el conductor se ve obligado a utilizar la vía local SL-9, continuar por la regional AS-15 hasta La Rodriga, dejar la mayor plantación de kiwis y el centro de interpretación del salmón detrás, cruzar Cornellana en la Nacional y, al final, encontrar la glorieta en la que desembocará el nuevo trozo de autovía. Un scalextric de 6,65 kilómetros a distintas velocidades que desde el martes cederá el testigo a la autovía.

«Si se tiene en cuenta lo que se tarda cuando se cruza un autobús o alguien aparcando, creo que con la autovía ahorras seis o siete minutos», estima Sergio Hidalgo, alcalde de Salas, de Foro. «El ministro está cumpliendo con el suroccidente, si no es por él, esto no sale», aplaude. El martes, comenta, le pedirá lo mismo que el resto de vecinos: «Que no pare, que siga la autovía. No me mojo si ha de hacerlo hacia Canero o Ponferrada porque todo será progreso».

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