Los Premios y sus viejos desencuentros
Esta semana saltó la polémica entre el Ayuntamiento y la Fundación Princesa de Asturias, nada que no ocurriera en el pasado
IDOYA REY
Domingo, 18 de octubre 2015, 00:41
Esta semana es tema recurrente en las redes sociales e incluso en las tertulias de parque o chigre esa polémica levantada en torno a los Premios Princesa de Asturias. Miembros del tripartito que gobierna el Ayuntamiento, los de Somos e Izquierda Unida, declinaron asistir a la ceremonia de entrega de los galardones y de paso sugirieron replantearse la subvención de 350.000 euros que sale de las arcas municipales. Consideran que una fundación privada debe autofinanciarse, dijeron, aunque garantizaron apoyo institucional y cesión de espacios. Las declaraciones levantaron incluso un movimiento en defensa de los Premios Princesa de Asturias con la creación de una plataforma, una reacción ante este desencuentro que parecía una novedad. No lo es: en el pasado, con un gobierno radicalmente opuesto al actual, con el Partido Popular sosteniendo el bastón municipal, hubo tensiones y tiranteces con peticiones de dimisión de por medio.
ALGUNAS TENSIONES
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2006.
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Gabino de Lorenzo pidió la dimisión de los responsables de la Fundación por plantear crear un museo de los Premios en Avilés.
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2007.
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El Ayuntamiento comunicó por teléfono a la institución el fin en un mes de la cesión de Villa Magdalena como sede.
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2015.
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Miembros del tripartito no irán a la ceremonia de entrega de los Premios.
En 2006 la por entonces Fundación Príncipe de Asturias firmó un acuerdo inicial con el presidente regional, Vicente Álvarez Areces, para crear un museo de los Premios en Avilés en un centro Niemeyer todavía sobre plano. La idea puso en pie de guerra al alcalde popular Gabino de Lorenzo, que emitió un bando para recoger firmas defendiendo que de haber museo se quedara en Oviedo. En tan solo una hora 3.000 ciudadanos estamparon su firma sin dudar y se llegó a decir que en total se recogieron 40.000 firmas. De Lorenzo incluso llegó a plantear la convocatoria de una manifestación contra Areces y también contra la Fundación y sus responsables, para quienes llegó a pedir la dimisión. Aseguró que los por entonces director, Graciano García, y presidente, José Ramón Álvarez Rendueles, debían dimitir «ya que van de la mano en todo». De Lorenzo aseguraba en ese momento que él no tenía nada que hablar con Graciano García. Se descartó la idea del museo, pero muchos dijeron que la Fundación había quedado tocada con esa polémica.
Un año más tarde hubo de nuevo cierto desencuentro entre Ayuntamiento y Fundación. La Fundación usaba desde 2004 el palacete de Villa Magdalena como sede por una cesión municipal para conmemorar su XXV aniversario. Cuando tocaba renovar, a finales de 2007, el Consistorio descartó cualquier tipo de prórroga. En una llamada telefónica el, comunicó a la Fundación que debía irse. Dijeron que les parecía más cálida una voz que una simple carta firmada. En este caso, la institución agradeció la cesión y evitó cualquier tipo de polémica; intentó sortear esos baches que no son nuevos.