La política asturiana, con poco banquillo
En una mayoría de casos los aspirantes a presidir el Gobierno acumulan una larga trayectoria pública con responsabilidades en distintas administraciones
ANDRÉS SUÁREZ
Lunes, 19 de enero 2015, 00:34
«En este partido hay banquillo», suelen decir los líderes políticos, con independencia de las siglas, cuando se les cuestiona por el futuro, por las opciones de relevo al frente de sus organizaciones. Sin contradecir ese mensaje, lo que parece una evidencia es que en la vida pública asturiana ese cambio de caras nunca acaba de llegar. Algunos datos así lo atestiguan. De las cinco formaciones que hoy tienen representación en la Junta General del Principado, cuatro concurrirán a los comicios de primavera con los mismos cabezas de cartel que en las elecciones de 2012. La media de edad de los candidatos, a expensas de que organizaciones como Podemos rematen sus procesos de constitución interna, es de 58 años. Y en una mayoría de casos se trata de personas con una dilatadísima trayectoria en la política, tanto local como regional y nacional, ocupando distintos puestos y responsabilidades.
El debate sobre la permanencia en política, la renovación en partidos e instituciones y la conveniencia de una mayor rotación entre la vida pública y la privada, evitando, eso sí, las llamadas 'puertas giratorias' -el paso de altos dirigentes a empresas directamente relacionadas con sus anteriores responsabilidades- que tanta polémica generan, no es nuevo, pero ha cogido vuelo con la efervescente irrupción de Podemos. El partido de Pablo Iglesias ha acuñado un término, 'casta', para referirse de forma despectiva a quienes identifican como 'políticos profesionales', y lo cierto es que la palabra en cuestión ha calado y a buen seguro será uno de los argumentos que la nueva organización martillee durante los próximos meses. Como ya lo está haciendo ahora.
Pero haciendo abstracción del término en cuestión y de la intencionalidad que conlleva, sí parece claro que en el caso de la política asturiana el continuismo y la falta de cambios al frente de las administraciones y las organizaciones políticas es una realidad. El caso del actual presidente del Principado es un buen ejemplo. A sus 67 años, Javier Fernández acumula una dilatadísima trayectoria política con escalas en Madrid -ha sido diputado y senador- y Asturias, donde entre otros cargos ejerció como consejero de Industria antes de tomar las riendas de la Federación Socialista Asturiana como secretario general. Superará los 70 años como presidente del Principado si en mayo próximo repite victoria en las urnas, aunque ya ha anticipado que será su último mandato y que no batallará por un tercero.
La apuesta por rostros conocidos es una práctica habitual de los partidos. Cuando el PP procedió a relevar a Ovidio Sánchez en la presidencia no optó por dar un cambio radical y prefirió el continuismo situando a los mandos a Mercedes Fernández, con una larga trayectoria en la vida municipal, en el Ayuntamiento de Gijón, y que en aquel momento acababa de obtener un escaño en el Congreso de los Diputados al que renunció para dar la batalla en Asturias. El fracaso de la operación que había encumbrado un año antes, en 2011, a la concejala ovetense Isabel Pérez-Espinosa al frente de la candidatura autonómica, que se saldó con un retroceso electoral al que luego Fernández dio continuidad en 2012, disuadió al Partido Popular de intentar buscar entre sus filas otra cara nueva y potencialmente atractiva para los asturianos.
La particularidad de Foro
Francisco Álvarez-Cascos comparte edad con Javier Fernández, 67 años, aunque tiene algunos meses más. El líder de Foro es de octubre de 1947 y el dirigente socialista, de enero de 1948. Cascos también tiene una larga carrera política a sus espaldas. El punto de partida fue el Ayuntamiento de Gijón, pero sus responsabilidades principales se enmarcan en el ámbito nacional: secretario general del PP, ministro de Fomento y vicepresidente del Gobierno. Su retorno a Asturias como candidato popular al Principado no cuajó y ahí comenzó la aventura de Foro, cuya aún corta duración -apenas cuatro años- motiva que el debate de la renovación todavía no se haya planteado.
Sí ha brotado con fuerza, y mucha, en el caso de IU. La aparición de Podemos ha tenido una influencia directa sobre la coalición. La marea se ha llevado por delante a quien en estos últimos años ha pilotado el resurgir de la organización, Cayo Lara, en favor de un rostro joven que pueda competir en atractivo en las papeletas electorales con Pablo Iglesias y los suyos. Pero en Asturias Izquierda Unida no cuenta entre sus filas con un Alberto Garzón en versión autóctona y quienes competirán en primarias por el liderazgo de la candidatura autonómica serán el actual coordinador, Manuel González Orviz, y el parlamentario nacional Gaspar Llamazares. Ambos comparten edad y se llevan solo unos meses -el primero es de enero de 1958 y el segundo, de noviembre de 1957- pero los dos han dedicado gran parte de su vida a la actividad pública. Llamazares es en estos momentos una de las caras más conocidas de la coalición en su condición de diputado en el Congreso. Orviz, que ejerció tareas de gestión como director general de Vivienda en uno de los gobiernos de coalición con el PSOE, es coordinador desde el verano de 2012, cuando ganó la batalla interna a Noemí Martín.
A expensas de que se cierren algunas candidaturas, singularmente la de Podemos, UPyD presentará en los ya cercanos comicios al candidato más joven, Ignacio Prendes, que con 49 años (cumplirá 50 antes de los comicios) aspira a repetir en su escaño de la Junta General. Compite por un mismo espacio político y electoral con Ciudadanos, que esta vez tiene «serias opciones», según señalan sus responsables, de conseguir representación parlamentaria. Su cabeza de lista es el abogado Francisco Gambarte, de 55 años. En la medida en que se trata de dos proyectos con muy poco recorrido en el tiempo, como sucede con Foro, el debate sobre la renovación en su liderazgo no se ha puesto aún sobre la palestra.