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El copiloto del avión, Andreas Lubitz.
Andreas Lubitz, la obsesión por volar

Andreas Lubitz, la obsesión por volar

Un amigo relata que el copiloto del 4U9525 soñó desde pequeño con manejar aviones

Javier Varela

Jueves, 26 de marzo 2015, 13:17

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Andreas Lubitz "permitió voluntariamente una pérdida de altitud anormal, de mil metros por minuto, y no tenía ninguna razón para hacerlo ni para impedir que el piloto volviera a cabina ni para no responder a la torre de control". Con estas palabras, el fiscal que lleva la investigación, Brice Robin, trasladaba la responsabilidad del accidente al copiloto del avión siniestrado

Andreas Lubitz, de 27 años y natural Montabaur, trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013 y se había formado en la escuela de Lufthansa en la ciudad de Bremen y acumulaba 630 horas de vuelo. Andreas había recibido su licencia de vuelo en 2010 y le expiraba en junio de este año.

Con este currículo, parecía contar con todas las garantías internas. Además, en septiembre de 2013 -el mismo mes en el que entró a formar parte de la plantilla de Germanwings- fue reconocido con la prestigiosa identificación de la Administración Federal de Aviación (FAA) por haber alcanzado o superado los estándares formativos y médicos establecidos por la organización.

Psicólogos ven difícil determinar el perfil del copiloto y apuntan a un acto "multicasual"

  • Los psicólogos ven "muy difícil" determinar el perfil psicológico del copiloto. En declaraciones a Europa Press, la coordinadora de Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Miriam González Pablo, ha asegurado que no se puede determinar el perfil de esta persona puesto que "el estado emocional es variable" y pueden suceder cosas que provoquen cambios de los que "no seas consciente". "No se puede ver las causas que ha habido detrás", ha añadido.

  • Asimismo, ha afirmado que esta circunstancia es "altamente impactante para los familiares", lo que le convierte en "mucho más traumático", frente a las expectativa de un accidente. "Nos encontraremos que la emociones que predominan en los familiares es la rabia y el enfado", ha asegurado.

  • En opinión de la psicóloga, "no se debería haber hecho público todavía" la información del copiloto puesto que "los familiares de la persona que presuntamente ha cometido el acto de estrellar el avión contra la montaña están doblemente victimizados", ha explicado.

  • "Han perdido a su familiar exactamente igual que a los demás, además, si ha sido intencionado hay que añadir la culpa de que no se hubiesen dado cuenta de que algo sucedía", ha explicado.

Para algunos, Lubtiz era "un tipo completamente normal". Así lo describe Klaus Radke, director del club local del vuelo en el que Lubitz su primera licencia de vuelo hace años. Lubitz regresó el pasado otoño para un curso de actualización con Radke. "Le conocí, o debería decir volví a conocerle, como un joven muy agradable, divertido y educado", ha añadido Radke. Aparentemente, llevaba una vida activa, corría la media maratón en un buen tiempo y mostraba interés por la música pop y los night-clubs, según su página en Facebook, que también muestra una foto de Lubitz junto al puente Golden Gate en San Francisco.

Según se ha sabido este viernes, Andreas Lubitz compró hace unas semanas dos coches nuevos de la marca Audi, informa este viernes la revista alemana 'Focus' en su edición electrónica. Lubitz acudió hace unas semanas a un concesionario de Audi en los alrededores de Dusseldorf y adquirió dos vehículos de esta marca alemana. Al parecer, uno de los coches era para él y el otro era para su novia. De acuerdo con 'Focus', uno de los dos vehículos le fue entregado al copiloto la pasada semana.

"Inconcebible"

"Estoy simplemente sin palabras. No tengo ninguna explicación para esto. Conociendo a Andreas, esto es algo inconcebible para mí", afirma Peter Ruecker, miembro del club de vuelo y que conocía a Lubitz bien. "Andreas era un joven muy agradable que recibió su formación aquí y que era miembro del club", explica Ruecker. "Nos los pasamos muy bien, aunque a veces quizá era un tanto silencioso. Era un chico como otro cualquiera aquí", añade.

Pero para otros, Lubitz era una persona que estaba "obsesionada" con la idea de volar. "Era una persona mentalmente inestable y por eso, tuvo que parar su formación", aseguraba a un medio local un amigo del copiloto, de 27 años. Este dato lo había expuesto anteriormente el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr. Hace seis años y durante varios meses interrumpió su formación, algo que no es infrecuente. "Era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad", aseguró. Pero fue ese parón de meses el que suscitó las mayores especulaciones sobre una eventual depresión u otro problema psicológico. "Desde Primaria quería volar, tenía la habitación llena de imágenes de aviones", agrega el amigo de Lubitz.

Una ciudad conmocionada

Cerca de la pequeña casa blanca en la localidad en la que vivía Lubitz y donde la Policía rápidamente ha montado guardia, Hans-Juergen Krause, un vecino, asegura estar "realmente conmocionado" por la noticia.

Armin Pleiss, director del instituto Mons-Tabor-Gymnasium en el que Lubitz se graduó en 2007, también coincide. "Estoy tan conmocionado y sosprendido como vosotros", afirma. Lubitz asistió al centro, de 1.300 estudiantes, antes de que Pleiss fuera director.

"Tenía muchos amigos, no era un solitario", asegura Ruecker. "Estaba integrado en el grupo. Nuestro club está compuesto principalmente de jóvenes que aprenden cómo pilotar planeadores y quizá, como fue su caso, dan el salto a la aviación comercial", añade.

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