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¿Son seguras las ensaladas envasadas?

¿Son seguras las ensaladas envasadas?

La comodidad que aportan ha revolucionado al sector alimentario, pero ¿cuál es su calidad sanitaria? Un estudio reciente de la Unidad Sanitaria y de Consumo arroja luz sobre esta cuestión

NURIA NUÑO

Jueves, 17 de noviembre 2016, 10:24

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El consumo de ensaladas y verduras troceadas y listas para consumir, presentadas en una bolsa sin que el comprador tenga que hacer otra cosa que sacarlas del envase y aliñarlas a su gusto, ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, al tratarse de alimentos limpios y rápidos de preparar. En muchos casos, llevan ingredientes muy variados, como lechuga Iceberg, zanahoria, col lombarda, escarola lisa, escarola rizada, rúcula, lechuga Batavia, remolacha, pimiento verde, berros, canónigos, picatostes e incluso salsas. Son los conocidos como alimentos de cuarta gama.

Así se denominan a los vegetales, frutas y hortalizas frescas sin tratamiento térmico, preparados, lavados y envasados, que han podido ser objeto de troceado o corte y que están a disposición de los compradores en los expositores refrigerados de tiendas y supermercados. La comodidad que aportan ha revolucionado al sector alimentario. Así, en la actualidad se oferta una gran variedad de esos alimentos, como es el caso de las ensaladas, uno de los productos nacidos como respuesta a un cambio de hábitos en los consumidores.

"Teniendo en cuenta estas tendencias", la Unidad Sanitaria y de Consumo, en colaboración con el Laboratorio del Servicio de Salud Pública del Ayuntamiento de Vitoria, realizó un estudio para evaluar la "calidad sanitaria de las ensaladas envasadas" que se comercializan en la ciudad.

Con el propósito de determinar si se trata de alimentos seguros, los técnicos tomaron 48 muestras de ensaladas de cuarta gama de siete marcas distintas correspondientes a seis supermercados ubicados en la capital alavesa, de las distribuidoras habituales presentes también en otras capitales vascas. En ellas se analizaron varios factores: las condiciones de conservación en el punto de venta y el etiquetado, la calidad microbiológica, así como los niveles de nitratos.

Los resultados obtenidos apuntaron a que en cuatro de las muestras analizadas se detectó que, durante el proceso de venta, las ensaladas "no se conservaban en condiciones de refrigeración" y que tampoco figuraba "la fecha de caducidad en el etiquetado". Esas deficiencias fueron puestas en conocimiento de los responsables de los comercios a fin de que subsanaran el problema.

Cabe recordar que estas ensaladas de cuarta gama son productos perecederos, por lo que el fabricante tiene que fijar su duración a través de la fecha de caducidad, que debe mostrarse de forma legible en el envase.

Antes de llegar a las tiendas, esas verduras se han sometido a un proceso de lavado y desinfección, cortado y envasado en las bolsas o recipientes de plástico, en ocasiones, en atmósfera modificada; un sistema de conservación que emplea una mezcla de gases inocuos que alargan la vida útil del producto, ya que "inhibe el desarrollo de microorganismos y frena las reacciones de deterioro de los vegetales".

La refrigeración, clave

Para ello, es clave que la temperatura de refrigeración del envase sea la adecuada. A este respecto, el estudio revela que "la calidad microbiológica de todas las muestras ha sido aceptable", de manera que los consumidores pueden estar totalmente tranquilos.

En cuanto a la evaluación de los nitratos, "y aunque todas las muestras cumplen los límites establecidos por la normativa", sin embargo, queda de manifiesto "la alta cantidad de nitratos en la rúcula y los canónigos". Esta presencia, sin embargo, "forma parte de su composición natural", concluye el estudio.

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