Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
El horno alto de la cabecera de Gijón parado en julio para afrontar una obra de remodelación. :: J. SIMAL
ECONOMÍA

Los riesgos de parar el horno 'B'

El cierre de la instalación de Arcelor agravará la economía asturiana en un momento muy delicadoReduciría en más de mil millones la aportación de la siderúrgica al PIB regional y pondría en peligro 800 puestos de trabajo directos

ENRIQUE ARENAS

Domingo, 9 de septiembre 2012, 15:51

Con el acero europeo en caída libre y retrocesos sin precedentes en el mercado de nuestro país, ArcelorMittal se enfrenta estos días a una difícil disyuntiva: horno alto 'B' sí, horno, no. Sometido a una profunda obra de remodelación desde el pasado mes de julio, los sindicatos están convencidos de que la empresa ya ha decidido reabrir la vital instalación. Arcelor no se pronuncia, pero planteó el asunto como moneda de cambio en las negociaciones sobre el duro ajuste que prepara para las factorías españolas.

La decisión será clave para el futuro de la siderúrgica asturiana y afectará de forma profunda, en estos momentos muy delicados, a la economía regional. Una parada prolongada del horno se calcula que tendría consecuencias sobre el 11% del PIB regional, unos 1.200 millones de euros, pero también afectaría al empleo y a muchos sectores industriales y económicos de la región. El horno alto es muy importante para Asturias y más en un momento tan complicado como este.

La dirección de ArcelorMittal puso el pasado miércoles sobre la mesa un duro plan de ajuste para sus trabajadores y lo vinculó a la reapertura del alto horno 'B'. Disparó así sobre el flanco más débil de los sindicatos. Sin los hornos, la siderurgia quedará liquidada en Asturias y con uno menos, tarde o temprano, la empresa acabaría por deslocalizar las instalaciones, según opinan fuentes próximas a la multinacional.

Un duro golpe

«Sin horno no hay siderurgia», reconoció un líder sindical del metal, que también recordó que «si no arranca peligran 800 puestos de trabajo directos, así como unos 1.400 indirectos». En el ajuste laboral planteado por la empresa, sin embargo, no se prevén despidos ni bajas laborales y por eso a los sindicatos les duele tanto que la reapertura del horno haya entrado de esta forma en la negociación del plan de ajuste.

Una cosa es que la empresa se gaste 30 millones de euros en la reforma de esta importante instalación y otra bien distinta que trate de utilizar la inversión para enfrentar los intereses de las factorías francesas y españolas y lograr aplicar más fácilmente los recortes salariales que pretende. Está en ello porque desde hace algún tiempo se ha puesto sobre la mesa el posible cierre definitivo de uno de los cuatro hornos altos que tiene la multinacional en el sur de Europa, dos en Gijón y dos en la factoría de Fos Sur Mer, en Marsella.

La paralización de uno de los dos hornos de la cabecera de Gijón supondría un duro golpe para la siderúrgica del Principado. En un contexto de recesión económica semejante al actual y con gran incertidumbre sobre la marcha de los mercados, crisis y fuerte caída de la demanda, ArcelorMittal decidió, en mayo de 2009, parar uno de sus dos hornos altos de Gijón. Fue el 'B', precisamente, el que dejó de funcionar durante tres meses. El cierre fue 'en caliente', es decir, preparado para arrancar en cualquier momento. La situación actual se asemeja a la de mayo de 2009 en la que solo el anuncio de parada del horno ya hizo temblar las estructuras de la economía regional.

En aquel momento se calculó que una parada prolongada del horno reduciría en más de mil millones de euros la aportación de la siderurgia al PIB regional. Esa misma espada de Damocles pende ahora sobre la economía regional si ArcelorMittal no reanuda la actividad del horno 'B'.

La situación, sin embargo, es ahora mucho más delicada. Los empresarios creen que la parada del horno pondría en jaque a buena parte de la industria regional. También los trabajadores la temen. Con un solo horno operativa se reduciría la producción de arrabio en casi un 30% y a partir de ahí toda la cadena de la siderurgia sufriría las consecuencias, desde las baterías de cok hasta el sinter pasando por el parque de carbones y las líneas acabadoras de planos y largos.

Los efectos sobre la industria

La parada afectaría a gran parte de la industria asturiana, empezando por el transporte hasta la energía, pasando por las pequeñas empresas del metal. La menor actividad siderúrgica castigaría directamente los resultados de El Musel, EdP, el transporte por carretera, ferrocarril y barco, así como las empresas auxiliares de mantenimiento, limpieza o transporte de escorias, que dan empleo a alrededor de 1.000 trabajadores.

Con algo más de 6.000 puestos de trabajo directos y 3.000 indirectos, el gigante del acero aporta más de 2.200 millones al PIB asturiano. Por eso se calcula que el efecto cascada de la parada provocaría un fuerte desajuste en la economía regional. El puerto de El Musel sería el primero en sufrir las consecuencias.

Si la demanda de materias primas -minerales y carbón siderúrgico- se reduce lo harán, casi en la misma proporción, los tráficos del puerto, que pivotan en más de un 70% sobre estos dos materiales.

También la salida de productos siderúrgicos terminados se reduciría debido a los ajustes generales de producción que debería afrontar la multinacional. El recorte en la producción del gigante siderúrgico provocaría al mismo tiempo un descenso de su consumo eléctrico. Más del 30% de la energía facturada en el Principado, aproximadamente 1,3 millones de megavatios (MW) al año, corresponden a la multinacional. La actividad siderúrgica también incide en el transporte por carretera y ferrocarril. Feve, por ejemplo, se encarga del tráfico de bobinas de ArcelorMittal entre Trasona y Ariz, en el País Vasco.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Los riesgos de parar el horno 'B'

Los riesgos de parar el horno 'B'