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Con el presupuesto de Langreo para 2025 aprobado y nuevas liberaciones, que no suponen un aumento del gasto en este capítulo, el siguiente problema al que se enfrenta Izquierda Unida en el concejo ... , y en especial su grupo municipal, es afrontar la dimisión de uno de sus ediles Pablo Casal González, responsable del área de Deportes y Participación Ciudadana y miembro de la Junta de Gobierno Local. Casal presentó en la mañana de ayer su dimisión «por motivos personales». Se trata de uno de los cuatro ediles disconformes con el rumbo del equipo de gobierno. La marcha de Casal, de continuar con la lista electora presentada a las elecciones municipales de mayo de 2023, deja paso a la participación en el gobierno local a la langreana Araceli Jáñez, como adelantó EL COMERCIO. Circunstancia que podrían aprovechar para realizar otros cambios dentro del equipo de gobierno como la reorganización de las distintas responsabilidades, movimiento habitual que se producen en los consistorios cuando se enfrenta a dimisiones de cualquier índole.
La marcha de Casal se produce en un momento delicado para el grupo municipal, donde las desavenencias entre sus integrantes llevaban semanas sonando con fuerza. La materialización de las mismas se produjo el pasado viernes durante la celebración de un pleno extraordinario para la aprobación de los presupuestos pactados con el PSOE. En el transcurso del mismo la responsable del área de Hacienda, Paula Díaz (IU), aclaró que había sido relegada de las conversaciones en exclusividad con los socialistas para llegar a un acuerdo. Díaz defendió que ella habría preferido hablar con todas las fuerzas políticas representadas en el Consistorio y elaborar unos presupuestos participativos. Con la aseveración de que votaba a favor de los mismos «por disciplina», no sería de extrañar que en fechas próximas sea relevada de dicha responsabilidad. La candidata para asumir dicha responsabilidad es la edil Marina Casero, que en el último pleno vio confirmada su liberación con un sueldo anual de 25.000 euros, una partida que estaba sin asignar.
Una crisis que pocos entienden desde dentro de Izquierda Unida, al menos así lo reflejan desde la agrupación ya que el pasado domingo apostillaban que ante los constantes comentarios sobre una ruptura dentro del grupo municipal «la ropa sucia se lava en casa, y es lo que vamos advirtiendo», para a continuación advertir de que «nadie se frote las manos, hay gobierno y organización para tiempo». Observaciones que realizan tras transmitir su satisfacción por la aprobación de los presupuestos para 2025 y resaltar que su intención es «seguir apostando por los servicios públicos y sociales».
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