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La lluvia fue el invitado no deseado de la comida en la calle lavianesa, a la que muchos grupos combatieron con toldos, plásticos y cenadores

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La lluvia fue el invitado no deseado de la comida en la calle lavianesa, a la que muchos grupos combatieron con toldos, plásticos y cenadores J. M. Pardo

Laviana come en la calle bajo la lluvia

Un millar de vecinos hizo frente al intenso aguacero y participa en la fiesta con la que la organización del Descenso Folklórico recauda fondos

Marta Varela

Pola de Laviana

Sábado, 10 de mayo 2025, 20:24

Mantel con paraguas en Pola de Laviana. No hay dos sin tres. La lluvia volvió a ser por tercer año consecutivo la invitada no deseada en la comida en la calle en Pola de Laviana. Combatida por la sidra al escanciarse, esta bebida fue fiel compañera de muchos grupos de amigos y familiares que no dejaron de escanciar al tiempo que programaban la gran cita el Descenso Folklórico del Nalón que se celebrará en el mes de agosto.

A la hora de colocar las viandas en las mesas dispuestas por las calles lavianesas, fueron muchos grupos los que resistieron la ferocidad del agua e hicieron bueno el dicho 'si llueve que llueva,' que nació con el Descenso Folklórico del Nalón y que ya llevan tres años aplicando a la comida en la calle, ya que de sus cuatro ediciones sólo en la primera se pudo desarrollar sin atisbos de lluvia.

Imagen principal - Laviana come en la calle bajo la lluvia
Imagen secundaria 1 - Laviana come en la calle bajo la lluvia
Imagen secundaria 2 - Laviana come en la calle bajo la lluvia

Por eso, muchos comensales fueron previsores y junto a las cestas llenas de comida y bebida llegaron a las mesas cargados con carpas y plásticos que colocaron de forma preventiva y que a lo largo de la mañana fueron imprescindibles para poder comer en la calle. Otros menos valientes decidieron trasladarse a bajos o cocheras e incluso a algunas casas a la espera que el día pudiese dar una tregua, algo que no ocurrió.

Esta fiesta es el pistoletazo de salida para el Descenso Folklórico del Nalón que cada año se celebra en el mes de agosto. 2.700 personas se apuntaron para participar en la cita, cifra que coincide con los comensales de la tercera edición. Pero fueron muchos menos, en torno al millar, los que al final decidieron seguir con la tradición y a pesar de la lluvia comer en la calle.

Cada comensal aporta dos euros que sirven como ayuda económica para la asociación Llavianeses pol Descensu, que organiza la cita festiva más importante del valle del Nalón, cuota que se estipulo en la tercera edición, las dos primeras fueron gratuitas. Una forma de participar con la fiesta más querida por todos los lavianeses.

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