Mieres recuerda a Schulz, «el ingeniero que recorrió Asturias a burro para hacer un mapa»
El Consistorio de Mieres y el Colegio de Minas celebran un acto con la interpretación de «la primera canción minera», de 1844, hallada hace más de un año
«Un acto que ha sido una maravilla, los aplausos a la canción minera han sido mayúsculos». Así se resumió la respuesta del público a ... la ceremonia homenaje al ingeniero Guillermo Schulz, que se celebró ayer en el auditorio Teodoro Cuesta, en Mieres. El decano del Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos en Minas y Energía del Principado de Asturias, José Augusto Suárez, aún horas después de terminar, seguía llevando la enhorabuena de los asistentes, no sólo por «la revalorización de toda una identidad en las cuencas», sino por lo «emocionante» que fue oír por primera vez, después de 181 años, la primera canción minera asturiana datada.
El origen de esta ceremonia, que congregó a todo el público de las comarcas mineras –además de toda la Corporación municipal, representantes del Principado y del mundo de la minería–, se remonta al hallazgo de una partitura, la original que estuvo escondida durante años en el archivo personal de Gregorio Aurre, un ingeniero coetáneo a Guillermo Schulz, y que se guardaba en el Museo del Pueblo Asturiano, en Gijón. Fue esta anécdota la que abrió el acto celebrado en Mieres, a modo de presentación, contada por el propio Suárez, quien fue el que la descubrió hace catorce meses.
«En la celebración de Santa Bárbara de 2023 se me acercó Jesús Llaneza –facultativo de minas y ponente en el acto– y me comentó que había encontrado algo interesante en una tesis doctoral sobre Guillermos Schulz», recordó. Aparecían escritas las primeras estrofas de una canción minera dedicada al ingeniero alemán; más tarde, al acercarse personalmente al archivo, se confirmó la sospecha y se descubrió la partitura original de 'Reflexiones de un minero', escrita y compuesta por los amigos y compañeros de Schulz. La última vez que se interpretó, comentó el decano al público mierense, «fue cuando Schulz se marchaba de Asturias a Madrid», como una forma de despedir a una persona que marcó un antes y un después en la región.
Como detalles a su historia, formaron parte del acto tres ponentes, cada uno de ellos repasó una faceta de Schulz, siendo la primera de ellas la del doctor en Geología y profesor en la Universidad de Oviedo, Manuel Gutiérrez. Aunque este no pudo acudir en persona, leyó su trabajo el profesor Carlos Luque, del departamento de Geología; en el escrito, se destacó su papel histórico, el recorrido del ingeniero de minas y geólogo hispano-alemán que «en aquella época, recorrió Asturias a burro para poder hacer un mapa geológico; todo lo que tenemos hoy, es gracias a él, le debemos mucho», subrayó Suárez.
La segunda ponencia la impartió Llaneza, quien repasó el papel de Schulz en el concejo. Entre muchas cosas, destacó, «fue él quien hizo realidad la idea inicial que tuvo Jovellanos en 1789, la de crear una Escuela de Minas. Lo consiguió en 1875, en Mieres, y acabó siendo el director».
La última ponencia corrió a manos de María Sanhuesa, doctora en Historia y Ciencias de la Música. Ella se basó en la investigación sobre la partitura, toda la historia que se escondía detrás de aquel pentagrama. «Acudí a ella cuando la encontramos y empezamos a trabajar y adaptarla», explicó Suárez. En los catorce meses desde que se halló la partitura en el archivo, a día de hoy ambos lo ven como «un redescubrimiento emocionante», a través del cual «se ha aprendido mucho del círculo de Schulz», como por ejemplo que la letra la escribió el músico Inocencio Fernández a partir de un poema del asturiano Francisco Fernández Flórez.
«Lo curioso es descubrir qué tenor fue el que la cantó, porque es muy complicada. A día de hoy, se tuvo que buscar a alguien específico que pudiera llegar a esas notas», dijo el decano. Finalmente, el proyecto llegó a manos del tenor Juan Noval-Moro, intérprete de Pola de Siero que «con su voz, era el único en Asturias que estaría disponible para poder hacer un acto de esta magnitud».
Durante ocho minutos, volvió a sonar en Mieres la canción, «181 años después de que sus amigos y compañeros se la dedicaran a Schulz en su despedida». Acompañado de la música de guitarra de Manuel A. Paz, Noval, ambos conquistaron al público mierense.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión