¿Quién mató en Llanera a Emiliano 'el panameño'?
El juzgado de Instrucción 1 de Oviedo amplía el secreto de las diligencias para preservar la investigación de la emboscada mortal perpetrada hace nueve meses
A Emiliano Burke Robles le acribillaron a tiros la madrugada del domingo 26 de enero en Lugo de Llanera. Fue allí, a escasa distancia ... de la estación del tren, donde se materializó la emboscada que sus asesinos le tendieron poco antes y que tenía un único objetivo: matarle. Le pincharon la rueda de su coche cuando se encontraba en un establecimiento hostelero de Lugones tomando una consumición. En torno a la media noche salió del bar, cogió su vehículo con aparentemente normalidad y apenas unos kilómetros después tuvo que detener su marcha al comprobar que algo no iba bien.
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Se apeó en plena oscuridad en la carretera AS-374 y justo cuando estaba revisando los neumáticos, un vehículo de color blanco se puso a su altura y un individuo le descerrajó cinco tiros. El quinto fue un disparo de gracia cuando yacía inconsciente en el suelo.
El cuerpo del hombre de 43 años, de casi dos metros y de unos 150 kilos de peso, quedó tendido en la calzada, junto a su coche, con la puerta abierta y las llaves en el contacto. Cayó fulminado mientras los asesinos huían. Pero Emiliano no iba solo. Su acompañante, un conocido suyo de la época en la que vivió en Lugones, salió despavorido, corrió hasta encontrar refugio y horas después se personó en la Jefatura de la Policía Nacional de Oviedo para contarles que él también iba en el coche con el panameño, aunque corrió mejor suerte que su amigo.
Para entonces la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Asturias ya recopilaba pruebas en el inicio de una investigación que desde los primeros pasos se antojó compleja. Las numerosas aristas de la vida de la víctima, los ambientes en los que se movía y frecuentaba y el hecho de que en este caso las pruebas de laboratorio arrojan poca luz a las pesquisas policiales, han dificultado los trabajos.
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El juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo ha decretado la prórroga del secreto de las actuaciones para preservar el contenido de las diligencias de investigación que se han ido aportando a la causa. La identidad de sus asesinos continúa siendo una incógnita cuando están a punto de cumplirse los nueves meses de un homicidio con escasos precedentes en Asturias.
Desde el primer momento todo apuntó a un ajuste de cuentas por asuntos relacionados con las drogas. Así lo aseguró la propia delegada del Gobierno, Adriana Lastra, a los dos días del crimen. La violencia empleada, el modus operandi y las circunstancias que rodearon el homicidio apuntaban a desavenencias relacionadas con negocios ilícitos.
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Portero de clubes
Emiliano Burke Robles había sido detenido en 2010 en el marco de una operación contra un grupo criminal que dirigía un laboratorio de cocaína y drogas sintéticas en Siero. De aquella trabajaba como portero en clubes de alterne del centro de la región, desempeñando labores de lugarteniente de un conocido clan de proxenetas que controlaba las redes de prostitución.
Fue condenado y cumplió prisión en el centro penitenciario de Asturias. Cuando salió en libertad se fue a vivir a Andalucía, si bien visitaba con frecuencia el Principado, donde aún reside parte de su familia y donde, supuestamente, tenía asuntos pendientes. Cuando lo asesinaron estaba de paso. Había declarado como testigo los días antes en un juicio de su hijo. Sus asesinos sabían que estaba en Asturias y decidieron tenderle una trampa de la que no salió con vida.
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La investigación avanza lentamente. La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Asturias –la misma encargada de esclarecer el crimen del ganadero de Ribadesella– ha ido aportando diligencias al procedimiento abierto en el juzgado de Instrucción 1 de Oviedo que realizaba las funciones de guardia el día de los hechos.
A la toma de declaraciones del entorno de la víctima se suma el análisis de los datos aportados por las compañías telefónicas sobre los dispositivos conectados a las antenas de la zona de Lugo de Llanera en la que se produjo la emboscada mortal. Además, se han visionado decenas de horas de imágenes captadas por las cámaras de seguridad de Lugones y Llanera en busca del vehículo en el que viajaban las personas que acribillaron a tiros al hombre de 43 años.
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La víctima falleció en el acto tras recibir cinco disparos cuando se bajó de su coche en la carretera AS-374 para revisar las ruedas de su coche. Sus asesinos le habían tendido una trampa y por lo tanto, lo habían vigilado antes de matarle.
Es precisamente la reconstrucción de las últimas horas de Emiliano Burke lo que habría permitido empezar a componer un puzzle complejo y al que aún le faltan muchas piezas por encajar. Las incógnitas siguen siendo muchas.
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