La defensa pide la absolución para el colombiano acusado de matar a su tío en Siero: «Luchó por su vida»
Julio Ernesto Jaramillo alega que fue atacado primero por la víctima con un cuchillo en una finca de Granda, donde enterró el cuerpo por miedo
Serán los miembros de un jurado popular quienes determinen el destino de Julio Ernesto Jaramillo Valencia, de 26 años, acusado de matar a cuchilladas a su tío político ... , Jhon Jairo Pérez, en marzo de 2024, en una vivienda de la parroquia sierense de Granda. Se prevé que el juicio pueda celebrarse a finales de este año o principios de 2026, y las partes apuran ya sus calificaciones. Es el caso de la defensa de este ciudadano de origen colombiano, que ejerce el abogado penalista José Manuel Fernández González. Este letrado reclama la libre absolución para su patrocinado. Según sus conclusiones provisionales, considera que los hechos son constitutivos de un delito de lesiones en concurso con un delito de homicidio imprudente. En todo caso, alega la eximente completa de legítima defensa y la de «miedo insuperable».
La defensa sostiene que Julio Ernesto llevaba una vida normal. Viajó a España en 2017 en busca de un futuro mejor. A su llegada, se reunió con su padre y su hermano, que ya se encontraban en el país, y comenzó a trabajar en una empresa de limpieza. En julio de 2023 regresó a España la víctima, Jhon Jairo Pérez Chavarro, esposo de su tía Dorani. Al llegar, se empadronó y se instaló en el domicilio ubicado en Granda, donde vivía Julio con su pareja, una casa en la que residió temporalmente hasta encontrar un alojamiento propio. Gracias a los vínculos familiares, consiguió empleo en la misma empresa donde trabajaba el acusado.
«Integrado plenamente en la dinámica familiar, participaba en actividades de ocio y encuentros como un miembro más del núcleo Jaramillo. Era una persona querida y valorada por Julio y el resto de la familia, motivo por el cual se le acogió, se le facilitó la búsqueda de trabajo y se le incluyó en la vida familiar», dice la defensa.
Entonces, ¿qué ocurrió entre ellos? El 25 de marzo de 2024 se encontraron en un establecimiento de Colloto, donde compraron cervezas —unas treinta, asegura la defensa—. Alrededor de las 19.40 horas, Julio y Jhon se trasladaron al domicilio del primero, en Granda, donde continuaron consumiendo bebidas alcohólicas. Aproximadamente a las 20.47 horas, el acusado mantuvo una conversación telefónica con su hermano Cristian, cuya vivienda se encuentra cerca; este se desplazó hasta la casa y permaneció con ambos durante aproximadamente una hora u hora y cuarto, compartiendo algunas cervezas.
«Tras la marcha de Cristian, sin que pueda precisarse con exactitud la hora de los hechos, la víctima propuso a Julio acudir a un club de alterne próximo a la vivienda, a lo que este se negó por respeto a su pareja y a su tía. Ante la insistencia y las impertinencias de Jhon, el acusado le dijo que la fiesta había terminado y que lo llevaría a su casa. Salieron de la vivienda y, ya en el jardín, cerca de la parrilla y en plena oscuridad, la víctima elevó el tono de sus faltas de respeto e incluso llegó a decirle que era capaz de 'quitarlo de en medio', a lo que Julio no dio demasiada importancia… hasta que, en un momento dado, cuando se dirigía a la furgoneta, Jhon se abalanzó sobre él».
«Tristeza indescriptible»
Según el relato, la víctima le asestó una primera cuchillada, causándole un profundo corte en uno de los brazos. «Cuando Jhon vuelve a acometerle, Julio se defiende, iniciándose un forcejeo durante el cual ambos caen al suelo. Julio lucha por su vida frente a la agresividad de Jhon, manoteando como puede para repeler el ataque hasta la extenuación, sin percatarse ni del resultado del enfrentamiento ni de si, en algún momento, llegó a tomar el control del cuchillo. Solo después, y por lo que posteriormente se supo, se constató que Jhon presentaba varias heridas en la espalda, aunque Julio manifiesta no saber cómo se produjeron ni haber sido consciente de haber llegado a empuñar el arma en ningún momento».
¿Por qué lo enterró en la finca y ocultó el hecho? Por miedo. «Pasado un tiempo, comienza a ser consciente de la situación y de las represalias devastadoras que podría sufrir su familia en Colombia. En un primer momento, lleva el cadáver de Jhon al cobertizo, y finalmente decide enterrarlo en el jardín. Cava un hoyo y lo traslada, intentando hacerlo con respeto, con dolor, con una tristeza indescriptible. Recuerda haber llorado mientras lo hacía, incapaz de aceptar que estaba enterrando a alguien a quien quería, a alguien con quien hasta pocas horas antes compartía cervezas y risas. Nada de lo que estaba viviendo tenía sentido para él», asegura el letrado de la defensa.
El hermano, acusado de encubrir el crimen, alega total desconocimiento
En el crimen de Granda hay otras dos personas acusadas, en este caso, por un presunto delito de encubrimiento. Uno de ellos es el hermano de Julio Ernesto. «Cristian Jaramillo se entera de lo acaecido con Jhon (la víctima) tras la detención de Julio –en mayo–, pues su hermano le ocultó en todo momento lo ocurrido. Cristian Jaramillo no ha participado en las labores de enterramiento de Jhon ni ha obstaculizado la investigación en modo alguno», alega la abogada Paloma Álvarez Fidalgo. Es por ello que insiste en que no procede la imposición de pena alguna, ni tampoco la responsabilidad civil solicitada por el Ministerio Fiscal.
El otro acusado es el primo de Julio Ernesto. En este caso, la abogada de la defensa, Virginia López Guardado, sostiene igualmente que no procede la imposición de pena alguna.
En un primer momento, se decretó el ingreso en prisión para los dos hermanos, Julio y Cristian. Fue en octubre de 2024 cuando la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Siero decretó la libertad provisional para Cristian, entonces defendido por José Manuel Fernández González. Salió de prisión tras tener en cuenta la sala el informe forense definitivo, que acreditaba que solo hubo un arma –un cuchillo–, por lo que no puede haber dos autores materiales de la muerte de Jhon Jairo Pérez Chavarro.
Tampoco se encontraron restos de ADN ni huellas de Cristian en el escenario del crimen, y no se ha podido acreditar con certeza ni el día ni la hora exacta de la muerte de la víctima.
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