Noreña confía a su primera mujer cofrade la promoción del sabadiego en Andalucía

Once cofradías gastronómicas llegadas de Cantabria, Madrid, Andalucía y Segovia, además de las asturianas, guiados por sus anfitriones del sabadiego, desfilaron por las principales calles de la villa al compás de la banda de Gaitas Ciudad de Oviedo hasta recalar en la iglesia parroquial y rendir tributo al patrón San Marcos, antes de comenzar el Gran Capítulo de Sabadiego en el centro de la villa donde eran esperados por cientos de personas.

El presidente honorífico de la cofradía chacinera, Miguel Ángel Fuente Calleja, como reza la tradición, acogió a los nuevos cofrades con las palabras «panem et vinum obtuvit». Es decir: «Con nosotros pan y vino tendrás». A continuación los nuevos cofrades realizaron el juramento, comprometiéndose a «defender y difundir en todo tiempo y lugar las excelencias culinarias del sabadiego y a pregonar la exquisitez de su inconfundible sabor». Asimismo, acordaron como buenos cofrades «fomentar la amistad entre las gentes que aman y disfrutan con la cultura gastronómica, la que tipifica nuestros lugares de origen, y mantenerla con el mismo cariño con el que nos la legaron nuestros antepasados».

Cinco nuevos cofrades de número se integraron en la Cofradía del Sabadiego: Alberto Barrudo, Cipriano Bárzana, Nicolás Fernández, Francisco Javier Salas y, por primera vez una mujer, Patricia Junquera. Lo hizo después de que hace dos años se cambiasen los estatutos de la cofradía y se dejase la puerta abierta a las mujeres. Su primera misión está clara: «Vivo en Andalucía y desde allí voy a tratar de representar al sabadiego en los círculos gastronómicos». Es decir, promocionar este producto.

Junto a ellos se nombraron a varios cofrades honorarios, entre los que estaban el cocinero y comunicador andaluz Pepe Oneto y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, además de la periodista asturiana Ana Francisco y el historiador lavianés y promotor e impulsor de la candidatura de la Sidra como Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco, Luis Benito García.

Todos coinciden en resaltar al 'chorizo negro' rescatado del olvido en los años ochenta por la cofradía que lleva su nombre y que en la actualidad es uno de los emblemas de la villa de Noreña y de su reconocida tradición chacinera.

Como broche final, la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, que acompañó a los cofrades durante toda la mañana, como entidad hermanada con la Villa Condal, interpretó el 'Asturias, patria querida'. Después, los cientos de personas que contemplaron la ceremonia empezaron ya a dar buena cuenta de los manjares chacineros de Noreña. Y el picadillo y el sabadiego empezaron a llenar mesas para el deleite de los comensales.