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Víctor Hortal en pleno desierto abudabí.
«Cobran 3.000 euros al mes por ser emiratís»

«Cobran 3.000 euros al mes por ser emiratís»

Víctor Hortal Prieto lleva siete meses en Abu Dhabi como técnico audiovisual | «Echo muchísimo de menos a mi mujer y a mi hijo de cinco años»

azahara villacorta

Sábado, 19 de marzo 2016, 03:40

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En Abu Dhabi, el plato nacional es el camello, que, a decir de Víctor Hortal Prieto, «es una mezcla entre el cordero y la ternera muy sabrosa aunque un pelín grasienta». Y hay tantos coches de lujo que «uno ya ni se inmuta cuando ve un Ferrari o un Rolls». Pero es que, además, «los fines de semana empiezan el jueves» y «los emiratís perciben del Estado un sueldo mensual de unos 3.000 euros solo por haber nacido allí».

Todas esas cosas podrá contarle Víctor Hortal Prieto como si fuese un cuento de Las Mil y Una Noches antes de dormir a su hijo Mateo, de cinco años. Porque Víctor lleva siete meses viviendo en Abu Dhabi mientras que Mateo y su madre, Cecilia, se quedaron en Oviedo.

Este hombre de la generación del 74 se define como «una mezcla de asturiano, gallego y belga», ya que sus padres emigraron a Bélgica en los años sesenta, donde él estudió y trabajó como técnico audiovisual. Hasta que en 2003 regresó a Asturias para ejercer durante cinco años como responsable técnico en Teleasturias.

«Fueron buenos tiempos», recuerda Víctor, al que en 2008 le ofrecieron «el puesto de jefe técnico de Asturmedia, que era la empresa adjudicataria de la unidad móvil de televisión de la RTPA», en el que permaneció otros siete años. Un tiempo en el que vivió «las emociones y nervios de los directos de grandes citas como las retransmisiones en directo de los programas especiales de los Premios Príncipe, ahora Princesa, o el Sella».

Pero en enero de 2015 todo se torció:«La crisis golpeó al sector audiovisual y me quedé sin trabajo, mientras que Cecilia también estaba al paro y nuestro único ingreso era el subsidio de desempleo que yo cobraba, porque ella hacía tiempo que ya lo había agotado. La situación se volvía cada vez más crítica».

«Aunque, cuando se cierra una puerta se abre una ventana, y mi ventana fue que tuve la suerte, a través de una red social de profesionales, de contactar con la empresa VAV Middle East, que confió en mi experiencia», cuenta este expatriado como también se define que, como hicieron sus padres medio siglo atrás, se vio obligado que emigrar. Pero, en vez de a Bélgica, a los Emiratos Árabes.

Allí le confiaron una de las unidades móviles de televisión para la temporada 2015-2016. Así que su labor es «controlar, gestionar y coordinar a un equipo multidisciplinar para la retransmisión en directo de todo tipo de eventos que se desarrollen en la televisión de los Emiratos. Desde carreras de camellos a exhibiciones de halcones o partidos de fútbol». Ylo del fútbol, explica, es un despliegue particularmente curioso:«Hemos retransmitido partidos amistosos o sub 21 a tantas cámaras como un Madrid-Sporting, por poner un ejemplo».

«Y aquí estaré hasta que mi corazón no aguante más estar alejado de mi familia. Es durísimo, pero en este caso era la única solución para esquivar el latigazo de la crisis. Tenemos que pagar una hipoteca y, en la situación en la que estábamos, era imposible poder afrontarla. Ahora, al menos, respiramos», admite este padre que reconoce que, una vez lejos, «te tienes que blindar, para no pensar demasiado, cosa casi imposible».

«Les echo muchísimo de menos. Eso sí: no hemos hecho un drama de la situación. A nuestro hijo le explicamos desde el primer momento el porqué de mi marcha. Y, a pesar de lo pequeño que es, también es un niño muy inteligente y comprende a la perfección que para vivir se necesita trabajo. Mi mujer me contó que en el cole le preguntaron si estaba triste porque yo estaba lejos y él respondió que no, que su papi estaba trabajando y pronto me iba a volver a ver».

A Mateo le contará algún día, ya juntos, que en Abu Dhabi «las empresas exigen un alto nivel de inglés y una alta cualificación. No vale lo de voy a probar suerte y a ver qué pasa». Que «el precio de la gasolina está por los suelos (llenas un depósito de 50 litros por menos de 24 euros), que en el 70%de los baños el papel higiénico se sustituye por una manguera, que hay cámaras por todas partes y hoteles de a 20.000 euros la noche o que la tolerancia al alcohol es cero».

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