161.000 asturianos están en riesgo de pobreza y 31.000 de ellos atraviesan una situación crítica

Estos son algunos de los datos que se reflejan en el informe realizado por Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada) y Cáritas Diocesana de Oviedo y, que por primera vez ha contado con la participación de la Facultad Padre Ossó. «Sumar es el camino a seguir y la universidad ha de formar parte del análisis social», afirmó José Antonio Prieto, decano de la Facultad Padre Ossó que, junto a Aurora García, directora de Cáritas Diocesana de Oviedo; Thomas Ubrich, miembro del equipo de Estudios de Cáritas y de Foessa, y Pilar Díaz, responsable del servicio de Análisis y Estudios de Cáritas Diocesana de Oviedo, presentó ayer este estudio en la capital asturiana. «En cada nueva crisis se incrementa el número de personas y hogares empujados haca la exclusión social, pero los periodos de expansión o bonanza no sirven para generar inclusión, para sacar del agujero a todos los que están en él desde hace tiempo o a los recientes», recordó Aurora García. A nivel estatal, esta radiografía de la sociedad fue llevada a cabo por 30 investigadores de 10 universidades y entidades de investigación y contó con más de 150 encuestadores profesionales, que llamaron a más de 90.000 puertas. En Asturias se tomó el pulso de 7.000 hogares.

Brechas

El estudio revela que se mantienen las tasas elevadas de integración social, pero crecen con fuerza las situaciones de exclusión severa alcanzando a 88.000 personas y profundizando la brecha de desigualdad en Asturias. Además, se indica que la ruptura tiene su origen en cinco grandes brechas: ingresos, origen, género, etapa de crianza y tecnológica.

Disminuye la exclusión moderada, sí, la más sensible a las políticas públicas específicas y con menor tendencia a la cronificación, pero aumentan el empeoramiento de las condiciones de vida y las dificultades para salir de la exclusión.

La pandemia ha tocado especialmente al empleo, con un incremento de la precariedad laboral. EnAsturias, 25.000 familias dependen económicamente de una persona que sufre inestabilidad laboral grave. Además, el desempleo total familiar se ha incrementado un 50% y hoy alcanza a 51.000 familias, donde todas las personas activas están en paro; asimismo, se constata que aumenta la tendencia a la cronificación de las situaciones de desempleo. «Esto ha producido graves efectos psicológicos y emocionales», recordó Thomas Ubrich.

El problema más relevante en el ámbito de la salud es la falta de acceso a medicamentos debido a problemas económicos. Así, 36.000 hogares han dejado de comprar medicinas o prótesis y de seguir tratamientos o dietas.

El estudio destaca que esta comunidad ha sufrido un aumento de los trastornos de salud mental diagnosticados, pasando del 11% en 2018 al 23% en 2021, lo que la convierte en una de las que registra un mayor porcentaje de hogares en los que alguno de sus miembros padece una enfermedad mental. La brecha digital es relevante. Seis de cada diez hogares en situación de exclusión severa han perdido oportunidades educativas, laborales, de acceso a servicios, ayuda y prestaciones públicas achacables a este aspecto. Y también se reseña la relativa al género

La investigación concluye que Asturias «está penalizando el hecho de tener hijos». Las tasas de exclusión se elevan del 13% de hogares sin menores de edad, al 17% en hogares con menores, al 27% en las familias numerosas y al 40% entre los hogares monoparentales cuya persona al frente es una mujer. Además, el 52% de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentra en situación de exclusión, lo que contribuye a una ruptura social aún más profunda.