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María Tuero vende patata a granel en su puesto del Mercado del Sur de Gijón.
Sanciones de hasta 3.000 euros por la siembra de patatas en zonas prohibidas

Sanciones de hasta 3.000 euros por la siembra de patatas en zonas prohibidas

Para evitar la expansión de la polilla, los productores de Vegadeo a Ribadedeva disponen de un mes para informar de sus siembras o de las que tienen previstas

EVA FERNÁNDEZ

Sábado, 25 de marzo 2017, 03:55

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La contención de la plaga de la polilla guatemalteca de la patata dependerá, en parte, de que los productores, distribuidores y comercializadores de tubérculo en Asturias, sobre todo en las zonas infectadas y tampón, de especial vigilancia, cumplan la normativa. El presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC) y alcalde de Navia, Ignacio García Palacios, recordó ayer la importancia de la colaboración de ayuntamientos y particulares en el control y freno del insecto. Este llamamiento coincidió con la publicación en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) de la inclusión de Monteana (Gijón) como zona afectada por la 'Tecia solanivora' y del resto del municipio como zona tampón, sometido a una especial vigilancia.

En 335 parcelas de la parroquia gijonesa afectada -aunque destinadas a la siembra de patata son 40- se prohíbe desde hoy el cultivo de tubérculo. Donde se ha realizado ya será obligatorio su extracción y el agricultor está obligado a entregar la cosecha a Desarrollo Rural. Los almacenes de autoconsumo afectados dispondrán de trampas y se destruirán sacos así como la producción. En los comerciales, se registrarán las entradas y las tiendas de la zona no podrán vender a granel, solo patata envasada. Queda también prohibido el movimiento de tubérculo de Monteana.

En el resto del concejo, al igual que en todos los costeros desde Vegadeo a Ribadedeva, los productores tienen ahora un mes para declarar la superficie de cultivo de patata y la que tienen previsto sembrar. Es el resultado de la entrada en vigor de la ampliación de la resolución que establece la aplicación en Asturias del Programa Nacional de Control y Erradicación de tras haberse detectado el lunes un nuevo foco en Monteana.

El Principado, según el decreto del BOE, puede imponer sanciones de distintos grados para quienes no cumplan con las restricciones. Para infracciones leves fija multas de entre 300 y 3.000 euros, en casos en los que no se respetaran las directrices marcadas para producción o comercialización de la patata o el incumplimiento de la obligación de informar a la administración sobre las siembras. Pero la norma también contempla infracciones graves o muy graves por aportar documentación falsa, impedir el acceso a los inspectores, la comercialización de tubérculos afectados o la circulación de vegetales ya inmovilizados. En estos casos las multas graves serán de 3.001 a 120.000 euros. Antes de la sanción, los afectados serán advertidos.

Mil kilos para destruir

Mientras tanto, en San Tirso de Abres, Tragsa finalizó la recogida de patata de siembra. En dos días, el camión ha recogido 43 sacos, 1.068 kilos. El próximo lunes y martes estará en Vegadeo y el miércoles y jueves en Taramundi. Del 5 al 12 de abril se espera que el Principado realice la recogida en Monteana (Gijón). Precisamente, en esta localidad la plaga de la polilla causa gran preocupación.

En el Mercado del Sur, la propietaria de un puesto hortícola, Celia Barro, comentó que «está la cosa muy complicada». En su caso, se abastece de pequeños productores de Gijón y Villaviciosa y «ahora no saben si plantar o no porque en cualquier momento les hacen retirarlo todo». Dijo que «la patata corre mucho, es un bien de primera necesidad, y hay una gran incertidumbre». Está segura de que el producto se encarecerá, opinión que compartió su competencia, María Tuero. Ella también se abastece de proveedores gijoneses y además planta en Veranes. «Siembro cien kilos y este año lo haré como siempre. Toda la vida hubo escarabajo y pulgón, es normal», comentó. También está convencida de que «el precio aumentará». En su mostrador además de la patata «del país», dijo en alusión a la gallega, vende la variedad egipcia. «Ahora habrá que traerla del Sur, aquí casi toda viene de Polonia. Autóctona hay poca pero todos la prefieren», aseguró. En el Mercado de Abastos de Vega-La Camocha, Mari Loreiro, puso a la venta tres especies de tubérculo: la de cocer, la de freír y los patatinos. «Mis vecinos no saben si sembrar o no, hay mucha desinformación. Y con toda esta plaga pagaremos la patata a un precio desorbitado», valoró. En Granda, Alfredo Fernández, jubilado, tiene en su huerta 20 kilos de patata que plantó en enero y piensa plantar otro tanto ahora. «Si me la arrancan», advirtió, «no plantaré nunca más».

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