El Principado pone en marcha una línea de ayudas por la polilla de la patata
Desarrollo Rural admite que la plaga «no se logró erradicar en ninguna región, pero tampoco hicieron el esfuerzo que estamos avanzando»
R. MUÑIZ
Martes, 11 de abril 2017, 04:07
Pistoletazo de salida. El Principado tenía previsto publicar hoy en su boletín oficial el anuncio que permite empezar a solicitar las indemnizaciones a los afectados por la polilla guatemalteca. Se compensarán con setenta céntimos por kilo destruido de tubérculo para siembra, treinta en el caso de la patata de autoconsumo y cuarenta céntimos por metro cuadrado de superficie de cultivo arrancada. «Cada vez que vamos a un sitio a retirar la planta levantamos un acta que rubricamos nosotros y el afectado; con ese acta mañana (por hoy) van a poder presentarse en las oficinas y empezarán a cobrar en unas semanas», anunció el director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Jesús Casas.
El Principado recibió en su día un millar de posibles avisos, pero finalmente «calculamos que son unas quinientas las personas que sí estaban en las zonas infectadas». Para compensarles se han reservado alrededor de 80.000 euros «pero da igual; es un crédito ampliable, ya aprobado», explicó Casas. Si hace falta más, habrá. «Estamos hablando de indemnizaciones muy pequeñitas, de particulares que en la mayoría de los casos tenían la patata para autoconsumo, con decenas, centenares de kilos a lo sumo, pero es una patata que tenían y hay que pagarles hasta el último céntimo», agregó.
Respecto a la lucha contra la plaga, el director general confirmó que «estamos a punto de acabar la fase de recogida de patata de siembra» en los almacenes. En total van 20.000 kilos mandados a las instalaciones del Consorcio de gestión de residuos (Cogersa), donde se los entierra en cal. «De avanzar en esta etapa, lo habría hecho en los almacenes, que es donde está el reservorio de mariposas, porque no hay patata en el campo», razonó.
Casas se reunió ayer con los almacenistas de patata de siembra y consumo para aclararles el protocolo en esta parte. «No se trata de colapsar la actividad económica del almacén, pero si detectan la presencia de la plaga hay que sacarla, desinfectar el almacén, ponerlo en cuarentena, y luego puede funcionar bien aunque hay que colocar trampas de feromonas», desgranó.
Para no darle mayores posibilidades, esta semana la novedad es el inicio de la fase dos, consistente en trabajar también sobre los cultivos, con 800 kilos ya de material vegetal retirado. «No hay que desinfectar el campo, solo extraer la patata plantada, que ahora es un recurso vegetal que no queremos que empiece a tuberizar», expuso. El objetivo es que a mediados de mayo «las zonas infectadas estén sin cultivos ni patatas afectadas por la plaga». De lograrlo, aunque alguna mariposa se haya escapado al trabajo de desinfección en los almacenes y empiece a volar «no encontraría comida».
En el Principado encuentran razones para el optimismo. «El planteamiento que nos hacemos es el de la completa erradicación, para que de aquí a dos años las zonas afectadas puedan ser declaradas libres de plaga», propuso el director general. Antes sería imposible porque «ese es el plazo que marca el protocolo nacional, el que está internacionalmente aceptado, y es que tienen que pasar dos años sin que aparezca para que se declare libre».
Controlado el brote gijonés
Con todo, la buena nueva es que no hay nuevas zonas de riesgo. «Está acantonada en lugares concretos; el brote de Gijón es absolutamente puntual y no ha tenido proyección más allá». La clave para vencer la invasión, confía Casas, es la reacción rápida. «No se logró erradicar en ninguna región, pero bien es verdad que en ningún sitio se ha hecho el esfuerzo que estamos avanzando», expresó.
Económicamente, la primera iniciativa fue aprobar un crédito de emergencia. «Ahora estamos tramitando un modificado, porque ese se acabará», indicó el director general. A ello se suman las indemnizaciones hasta una suma inicial de «entre 200.000 y 250.000 euros, pero no es una cuestión de dinero; simplemente tenemos que erradicarla».