Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
El sierense Joaquín Palacio, saliendo del HUCA.

«Ojalá todo el mundo tuviera esta oportunidad»

«Estoy de cine», asegura Joaquín Palacio, el trasplantado de hígado número 500, que vuelve a casa con la intención de «seguir adelgazando»

ELENA RODRÍGUEZ

Jueves, 18 de mayo 2017, 01:59

Ha sido el mejor regalo que podía recibir después de haber cumplido 60 años en marzo. Joaquín Palacio Suárez -vecino de La Carrera, parroquia situada entre Pola de Siero y el Berrón- recibió un trasplante de hígado en la madrugada del 1 de mayo, una intervención que, además, es histórica porque supone la número 500 que se realiza en Asturias dentro de este tipo de cirugías. Ayer recibió el alta a las dos de la tarde. «Me siento de cine», aseguraba tras diecisiete días de ingreso en el que tanto él como el equipo que le ha atendido aseguran que ha evolucionado «muy bien». Y eso que él pensaba que el postoperatorio y estos primeros meses que le esperan iban a ser peores. «Tengo amigos trasplantados de hígado, pero no quise preguntar. Tampoco soy de mirar en internet», asegura Palacio, prejubilado por apnea de sueño y que fue comercial y jefe de ventas de Tartiere Auto.

Hasta hace ocho años presumía de no haber ido prácticamente al médico. Pero en 2009 empezaron sus problemas de hígado, con algunas complicaciones de corazón y renales. «Estaba muy obeso. Pesaba 130 kilos y me sentía mal porque no iba al servicio y, pese a que no comía mucho, no conseguía bajar de peso». Tras unos días ingresado en el viejo HUCA, le diagnosticaron «un problema hepático importante» y el alcohol que tomaba con motivo de viajes y reuniones de trabajo «desapareció de manera radical».

A partir de entonces, se sucedieron los controles cada cinco o seis meses. Pero, hace dos años, a la cirrosis crónica se sumaron los carcinomas que comenzaron a aparecerle y que fueron tratados con radiofrecuencia. Desaparecieron, pero ante el riesgo de que volvieran a surgir y dados los límites que tiene también esta técnica, la mejor solución era un transplante.

Fue así como entró en el protocolo, donde estuvo aguardando dos meses. «La espera fue lo peor», dice, tras señalar que la operación -a la que llegó con una trombosis de la vena porta (que lleva sangre al hígado- no le inquietaba. «No soy de mucho asustarme».

Casado con María del Carmen y con dos hijos -Joaquín, de 29 años, y David, de 27-, dice sentirse tan bien que «ojalá todo el mundo tuviera esta oportunidad», en referencia a que los enfermos pudieran acceder a un trasplante en las condiciones más óptimas. Tras la intervención, los problemas de visión, los mareos y «esa sensación de tener la cabeza recargada» que tenía (aunque subraya que la suya era una enfermedad «muy asintomática»), han desaparecido.

González-Pinto, «un artista»

Abandona el HUCA «muy agradecido» a todo el equipo que lo ha atendido y que «trabaja un montón». Las palabras más cariñosas se las lleva el jefe de la Unidad de Trasplante Hepático, Ignacio González-Pinto, que le operó y «es un artista», y los doctores Rodríguez y González-Diéguez, que lo han estado tratando todo este tiempo, pero también hay un recuerdo especial para el personal de la UCI y de planta. Vuelve a su casa, rodeada de animales «que habrá que ir reduciendo por riesgo de infecciones», y con la intención de bajar hasta los 69 kilos, como cuando jugaba al fútbol, hace 25 años, en Preferente y Tercera División, actividad en la que también ha sido entrenador deportivo. Antes de regresar pide «tomar conciencia de la importancia de donar, porque salva vidas».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Ojalá todo el mundo tuviera esta oportunidad»

«Ojalá todo el mundo tuviera esta oportunidad»