Alarma en Asturias: se disparan los casos de enfermedades renales

Emilio Sánchez, presidente de la SEN y director del área de Nefrología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), asocia este incremento en la incidencia de la enfermedad renal crónica al hecho de que el Principado sea una de las comunidades autónomas más envejecidas del país, pero también a que «la sociedad asturiana no tiene precisamente entre sus virtudes el autocuidado». O lo que es lo mismo: «Cada vez hay más obesidad y sobrepeso en la región, porque, por lo general, aquí se hace poco ejercicio y se cuida poco la dieta».

Entre los factores que influyen negativamente en las estadísticas, también se encuentra «el consumo de medicación de forma indiscriminada, sobre todo antiinflamatorios», apunta el doctor Sánchez. Algo en lo que Asturias, al igual que ocurre con las tasas de envejecimiento y de obesidad, también destaca a nivel nacional, en buena medida porque «aquí hay mucho problema de artrosis y artritis, fruto del clima y la idiosincracia de la región, lo que hace que la gente se automedique, a veces sin ser necesario», frente al dolor.

Con todo, la tasa de nuevos pacientes en tratamiento renal sustitutivo llega ya a 241 personas por millón de población (pmp) frente a las 192 del año 2022. Esta cifra está muy por encima de la media nacional (151 pmp) y sitúa a Asturias como la comunidad autónoma con mayor nivel de incidencia. En cuanto al número total de casos, Asturias ocuparía la tercera posición –por detrás de Canarias y Aragón–, con una incidencia de 1.571 personas por millón de población, lo que representa un incremento del 5,8% con respecto al año anterior. También en este indicador se supera ampliamente la media del país.

Todos estos datos han sido recabados por los propios nefrólogos asturianos de forma voluntaria, ya que, por primera vez desde que existe el Registro Español de Enfermos Renales, la dirección general de Salud Pública del Principado no ha hecho ninguna aportación epidemiológica al respecto. De la información que maneja la Sociedad Española de Nefrología se desprende, además, que están yendo en aumento los trasplantes de riñón de donante vivo y que se ha producido un descenso en el número de fallecimientos por enfermedad renal crónica.