Sanz Montes se desmarca del Papa y los obispos y arremete contra «los moritos»
El arzobispo de Oviedo carga en sus redes sociales contra los inmigrantes y contradice la línea de León XIV, que defiende la dignidad de los migrante y rechaza la xenofobia
Gijón
Jueves, 14 de agosto 2025
No han sido sus primeras declaraciones polémicas, pero sí, quizá, las que mas ampollas han levantado. Y las que más le alejan de la línea marcada por el Papa León XIV y por la Conferencia Episcopal. En plena batalla política sobre los migrantes, marcada tanto por el rechazo de Jumilla a ceder su polideportivo para una ceremonia religiosa musulmana, como por las protestas tras la llegada a Gijón de diez menores sin familia que han recibido asilo tras huir de la muerte en Mali y Senegal, la opinión del arzobispo de Oviedo en las redes sociales han avivado el fuego.
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Jesús Sanz Montes escribió en 'X', el antiguo Twitter: «Extraña polémica con musulmanes sobre celebraciones en polideportivos. ¿Dónde está la reciprocidad negada de los moritos con los cristianos que asesinan en nuestras iglesias dentro de sus territorios? ¿Ponernos estupendos citando textos civiles o eclesiales, para que nos sigan matando?».
Son solo cuarenta palabras que abren una brecha entre su posición y la defendida por el Papa, que, en su último discurso, instó a «defender la dignidad de los migrantes». Lo hizo ante los representantes de los 184 países con los que el Vaticano mantiene relaciones diplomáticas. «La Santa Sede no puede eximirse de hacer sentir su propia voz ante los numerosos desequilibrios y las injusticias que conducen, entre otras cosas, a condiciones indignas de trabajo y a sociedades cada vez más fragmentadas y conflictivas», dijo entonces.
Pide León XIV «remediar las desigualdades globales, que trazan surcos profundos de opulencia e indigencia entre continentes, países e, incluso, dentro de las mismas sociedades» y aboga por «aplicarse a construir sociedades civiles, armónicas y pacíficas».
Recordó que él mismo es «un ciudadano, descendiente de inmigrantes, que a su vez ha emigrado», ya que nadie garantiza que el país de nacimiento sea el de vida. «Cada uno de nosotros, en el curso de la vida, se puede encontrar sano o enfermo, ocupado o desocupado, en su patria o en tierra extranjera», dijo, a la vez que puso el foco en que «nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes».
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Una posición, la del Papa, que ya mantuvo como cardenal. En su cuenta de 'X', Robert Francis Prevost criticó en varias ocasiones la política exterior de Donald Trump, en relación a la deportación de migrantes. De ahí que en este encuentro con los representantes de los 184 países, haya apostado por atender a organizaciones como la ONU, «queridas y concebidas ante todo para resolver las controversias que puedan surgir en el seno de la comunidad internacional».
Respuesta de Vox
No se distancia el arzobispo de Oviedo sólo del Papa. También va en dirección contraria a la línea marcada por la Conferencia Episcopal. A raíz de lo sucedido en Jumilla y de la exaltación de Vox, que considera «una reconquista» la prohibición de ceremonias de creencias que no sean la católica, el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello decidió, como Jesús Montes Sanz, dar su opinión a través de la red social 'X'. Fue la única coincidencia con el arzobispo.
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Porque Luis Argüello escribió que «no es posible abordar el asunto de las migraciones sin abordar simultáneamente sus causas en el conflicto capital-trabajo en la economía y sus consecuencias políticas para organizar la convivencia». En su opinión, «ni capitalismo ni individualismo son la solución».
Más allá fue el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que ha declarado: «Debemos decir con contundencia que un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano». Y no se quedó ahí. Agregó que «la xenofobia está absolutamente fuera de lugar en el catolicismo», para dejar claro que la posición de Vox «es completamente contraria a la de la Iglesia». «La Conferencia Episcopal dijo lo que debía decir, mencionando la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos», afirmó.
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