Asturias: las claves del cierre total
El Principado decide suspender la apertura al público de los negocios no esenciales | El toque de queda se adelanta a las diez de la noche, las clases en la Universidad serán 'online' y se anulan todas las actividades culturales
LAURA MAYORDOMO
OVIEDO.
Martes, 3 de noviembre 2020, 01:57
Aumentan las restricciones en Asturias a partir de mañana mientras se aguarda la autorización del Gobierno central para confinar a la población. Primero: se adelanta dos horas el inicio del toque de queda. Entre las diez de la noche y las seis de la mañana no se podrá permanecer ni circular por la vía pública, salvo causa justificada. Segundo: se suspende, de momento durante quince días, la actividad comercial que no se considere esencial. Eso quiere decir que, entre otros, bares, restaurantes, comercios en los que no se vendan productos de alimentación, centros comerciales o locales de ocio no podrán abrir al público entre el 4 y el 18 de noviembre, ambos incluidos. Se suspenden también las clases presenciales en la Universidad, que deberá aplicar la docencia online en todas sus titulaciones. No obstante, el resto de centros educativos continuarán con su actividad como hasta ahora. Eso incluye desde las aulas de 0 a 3 años hasta las de Bachillerato. También las de Formación Profesional.
En el capítulo de prohibiciones también se encuentran los espectáculos públicos y actividades recreativas, los congresos, encuentros, seminarios, reuniones de negocios o profesionales y las reuniones de comunidades de propietarios.
Las excepciones a ese cerrojazo generalizado de los establecimientos comerciales son, como queda dicho, los comercios de alimentación y bebidas. Pero también aquellos en los que se vendan productos de primera necesidad y productos higiénicos, las farmacias, las parafarmacias, los centros sanitarios y sociosanitarios, las ópticas y ortopedias, las clínicas veterinarias y los establecimientos en los que se venda comida para animales, los kioscos y papelerías, los talleres mecánicos, las estaciones de ITV, las gasolineras, los estancos, los negocios de venta de equipos tecnológicos y de telecomunicaciones, el comercio por internet y telefónico, las tintorerías, las lavanderías, las peluquerías y los negocios de preparación y distribución de comidas a domicilio.
El Principado tiene previsto reunirse hoy con los representantes de los sectores más perjudicados por esta suspensión de la actividad económica para determinar qué tipo de ayudas se pueden articular en los próximos meses.
Hoy, en el BOPA
Las medidas que entrarán en vigor esta medianoche -y que están recogidas en una resolución en la que aún ayer trabajaban los servicios jurídicos del Principado para su publicación hoy en el BOPA- son, aseguró ayer Adrián Barbón, «durísimas», contundentes y las últimas que están en su mano aplicar en tanto en cuanto el Ministerio de Sanidad diga si le autoriza a confinar a la población asturiana en sus domicilios. Porque esa es la intención del Gobierno regional a la vista del riesgo de «colapso del sistema sanitario» asturiano si el incremento de hospitalizaciones sigue al ritmo de las últimas semanas: restringir al máximo las salidas, que se limitarían a acudir al puesto de trabajo (quien no pueda teletrabajar), hacer la compra o asistir a clase. Sería volver a la fase 1 de la desescalada, a la que Asturias se sumó el pasado 11 de mayo con restricciones incluso más laxas que las actuales en cuanto al número máximo de personas con las que se podía mantener una reunión social. La decisión se toma a la vista de que la fase 2 modificada por la que se optó el pasado 14 de octubre no ha logrado el efecto de contención deseado. Lo que ese día se planteaba como recomendaciones, pasan a ser ahora medidas de obligado cumplimiento.
«Los epidemiólogos y los expertos en salud pública nos dicen que tenemos que limitar el contacto social al máximo. Si tuviéramos la capacidad, estaríamos decretando ya el confinamiento», reconoció el consejero de Salud, Pablo Fernández, en la comparecencia en la que acompañó al presidente autonómico tras concluir la reunión del comité de crisis por la covid-19 convocada ayer de urgencia.
No obstante, el marco legal que debe sustentar esa decisión, la del confinamiento, compete al Estado. Ayer hubo una reunión bilateral en la que el Principado ya puso sobre la mesa la petición y la argumentó con los datos actuales de ocupación de camas hospitalarias y UCI. Este mediodía está prevista una nueva reunión telemática después de que, también ayer, el ministro Salvador Illa descartara la aplicación de confinamientos en todo el país. Lo que dice el ministerio es que hay que esperar un tiempo prudencial hasta ver si las medidas que se están adoptando, desde la aprobación del decreto del estado de alarma, el pasado 25 de octubre, están dando o no resultados.
Ese era el planteamiento inicial del Principado. Esperar «una semana más» para ver qué comportamiento tenían decisiones como el cierre perimetral de Oviedo, Gijón y Avilés (acordado el viernes 23 de octubre) y el posterior cierre de fronteras de la comunidad en la incidencia de la enfermedad en Asturias. Pero «a la vista de los actuales datos de presión asistencial» se decidió no esperar. Y «dar un paso más», expuso ayer el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, apoyándose en las cifras.
La incidencia acumulada de los últimos catorce días en Asturias es de 421 casos por 100.000 habitantes; 756 en el caso de Gijón, el concejo con peores registros en esta segunda ola y 387 en Avilés. Solo Oviedo, con 243 casos se sitúa por debajo del umbral de los 250 casos por 100.000 que determina que un territorio está en riesgo extremo, según los indicadores aprobados por el últimos Consejo Interterritorial de Sistema Nacional de Salud.
En riesgo extremo
Otro dato que preocupa es el de la incidencia de la enfermedad en los mayores de 65 años, uno de los grupos de población más vulnerable. Las cifras globales de la comunidad son, en este concepto, aún mayores: se registran 554 casos por cada 100.000 habitantes en el conjunto del Principado. Gijón supera esa cifra, con 568 casos por 100.000 habitantes, y Oviedo y Avilés se sitúan en 229 y 281 respectivamente. En este caso, la línea roja que coloca a un territorio en riesgo extremo se sitúa en los 150 casos por 100.000 habitantes, registro ampliamente superado en los tres principales núcleos de población del Principado.
«Estabilizar la curva en 400 casos es muy peligroso, por eso hay que tomar medidas de la forma más urgente posible», insistió Cofiño. Porque con ese ritmo de contagios aumentan las complicaciones en la salud y los ingresos hospitalarios. De seguir con una media de diez o doce ingresos en UCI al día, como en las últimas jornadas, en las que se están batiendo los récords de ocupación de la primera ola, el escenario podría ser el del colapso del sistema sanitario.
Evitar la sobrecarga del sistema pasa por una reorganización de los medios materiales y humanos para atender las plantas covid, asumió Concepción Saavedra, directora gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), después de reconocer que la evolución de la pandemia no ha seguido el patrón que se esperaba. La previsión es que habría un aumento progresivo de ingresos hospitalarios y en UCI a partir de principios de noviembre y que el pico se alcanzaría en la tercera o cuarta semana de este mes. Pero «la evolución ha sido diferente» y ha puesto a prueba la resistencia del sistema sanitario, en el que ya se han llenado el 100% de las camas UCI que existían antes de la pandemia -ampliadas ahora a 240- y la ocupación de los hospitales de Oviedo, Gijón y Avilés se sitúa «por encima del 80%».