Asturias, en riesgo de volver a las restricciones si continúa el estallido de contagios entre jóvenes

Las autoridades sanitarias siguen sin ver clara esta salida máxime cuando, por ejemplo, creen que la transmisibilidad en la hostelería ya no es la misma desde que dejó de estar limitada la movilidad y se levantó el toque de queda. Desde esa fecha, con el decaimiento del estado de alarma, se ha trasladado a la calle y no a establecimientos concretos. «No está encima de la mesa el planteamiento de cierre de ninguna actividad económica. El mensaje es mantener esa actividad pero de la forma más controlada posible y con ciertas dosis de prudencia», reconocía el jefe de Alertas y Emergencias Sanitarias, Miguel Ángel Prieto, este fin de semana en una entrevista en EL COMERCIO.

Aún así, el Ejecutivo sigue sin tenerlas todas consigo. En los últimos tres días -de viernes a domingo- se notificaron 750 contagios. El 7,8 y 9 de mayo, coincidiendo con el fin de las restricciones, habían sido 143. Si se observa toda la semana, del 28 de junio al 4 de julio, fechas en las que ya se había flexibilizado el uso de la mascarilla en exteriores, la cifra llega hasta los 1.371 casos. Para hacerse una idea, son aproximadamente un 250% más que la última semana en la que estuvo vigente el estado de alarma. Por ello, el Ejecutivo ha decidido reunir hoy mismo al Comité Asesor y de Seguimiento de la covid, presidido por el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, y que reúne a expertos de diferentes ámbitos. No es un órgano decisor sino que se debatirán recomendaciones que, posteriormente, el Gobierno regional decidirá si las pone o no en marcha.

Uno de sus miembros, el epidemiólogo y exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña, es partidario de «cerrar el ocio nocturno, los eventos masivos y los festejos hasta que se consiga reducir la incidencia». En paralelo, López Acuña cree que también es necesaria «una acción más contundente de la policía con los botellones, no solo para interrumpirlos sino para prevenirlos». El repunte de casos no le ha cogido por sorpresa dado que es algo que ya venía advirtiendo el epidemiólogo: «Se disparó en cuanto dejamos de tener estado de alarma, toque de queda, el ocio nocturno dejó de estar cerrado y se flexibilizó el uso de la mascarilla. Ahí es cuando se empezó a disparar todo».

El Principado se enfrenta al dilema de cómo conjugar el aumento de esa incidencia y el turismo que ya está o se le espera en los meses de julio. Para ello se aferran a los indicadores asistenciales, que siguen en niveles de nueva normalidad, según el mapa semafórico del Ministerio de Sanidad. Esto, de nuevo, en el corto plazo, porque ayer, aunque fuera prácticamente de forma testimonial, los porcentajes de ocupación de las UCI y global hospitalaria, subieron unas décimas.

En paralelo, hay otra olla a presión que no figura en esos indicadores ministeriales pero que no es ajena a las autoridades sanitarias: la sobrecarga en la Atención Primaria. Conforme aumenta el número de casos, y dado que la mayoría no necesitan de ingreso hospitalario, el seguimiento se está haciendo desde los propios centros de salud. Al aumento de la demanda sobre los mismos se añade que muchos ya se encuentran funcionando a medio gas dado que el 25% de los médicos que se han tomado vacaciones no han sido sustituidos por nadie.

La penúltima baza sobre la que la Consejería de Salud ha fiado la respuesta al repunte de la incidencia es el cribado masivo a los jóvenes de 15a 29 años. A falta de que se faciliten datos sobre el número de positivos que se han detectado por esta vía, se conoce la cifra de los que hasta la fecha se han inscrito voluntariamente. Son 6.000 que están siendo citados en los dispositivos autocovid instalados en las diferentes áreas sanitarias. El exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña, celebra la medida, que él mismo ya había lanzado días atrás. «Es la mejor forma de ir a por la enfermedad y no esperar a que sea ella la que venga», señala. El epidemiólogo cree se camina en la «dirección correcta» aunque ahora toca dar un paso más allá y «hacer un barrido por todos los contados de las últimas dos semanas de cara a establecer cualquier red de interacción que se pueda haber generado». Es el conocido como 'retrorastreo' que Asturias ya comenzó a aplicar hace varias semanas. López Acuña defiende la voluntariedad en primer término para detectar casos, y que después se haga «intensivo» y «focalizado» con los contactos estrechos.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, abrió ayer la puerta que el Ejecutivo central endurezca las restricciones. «Sanidad está dispuesta a proponer a los órganos que toman decisiones» ese «endurecimiento de medidas si no se logra atajar el aumento de los casos y, sobre todo, si el crecimiento de los contagios termina repercutiendo en los mayores que no se hayan inmunizado aunque estén vacunados», aseveró Simón.

El máximo responsable de la epidemiología nacional aseguró que «ahora estamos en una situación en la que es difícil de valorar las medidas que se deben implementar. La intención inicial era controlar con casos graves, la ocupación hospitalaria y las muertes y eso lo hemos conseguido».

No obstante, Fernando Simón aseguró que logrados esos objetivos sigue siendo prioritario proteger a los más vulnerables, por lo que no descartó vuelta a atrás en algunos aspectos de la desescalada.