Asturias culmina la temporada alta con lleno turístico y los precios más altos desde la covid
Cierra un verano marcado por la subida en julio de los precios un 30% frente a 2019 y por los incendios que ahuyentaron a los visitantes de Picos a final de agosto
Gijón
Lunes, 1 de septiembre 2025, 06:22
El verano 2025 estaba llamado a tener las mejores cifras de la historia. Nunca antes Asturias había ofrecido 133.387 plazas de alojamiento. ... Ni capacidad en la restauración para 212.906 personas. Pese a crecer en la oferta, la región llegó al ecuador de la temporada realmente alta en Asturias, agosto, con lleno. Y previsión de continuar así hasta septiembre. Pero llegó el fuego.
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Primero, tímidamente. El 4 de agosto se declaró la situación 0 del Plan contra Incendios Forestales del Principado (Infopa). El día 12, se pasó a situación 1. En la madrugada del 13, a la 2 ante la multiplicación de unos incendios de sexta generación que han arrasado más de 6.000 hectáreas en la región. Y que arrasaron, también, muchos de los cálculos económicos hechos por el sector turístico.
Lo hicieron, sobre todo, en el Oriente. Aunque no fue la comarca oriental la más afectada por unos incendios que quemaron, sobre todo, montes de Cangas del Narcea y Somiedo, el cierre de la Ruta del Cares por el fuego de Camarmeña y la prohibición de acceso a Picos en los días más álgido de los fuegos, provocaron una cascada de cancelaciones.
Desde Incatur, la agrupación que engloba al sector turístico de la comarca, con 182 empresas asociadas, se lanzó la voz de alarma: «Al prohibir la actividad en Picos de Europa, los turistas están cancelando actividades y estancias». El nuevo coordinador de la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresas (Fade), Julio Bobes, lo explicó gráficamente: «en el puente del 15 de agosto se vende casi más que en todo el mes. Este año la alerta de incendios lo hundió».
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162 euros al día en una pensión
Unas cancelaciones que llegaron ni a Cangas del Narcea ni a Somiedo, como confirman desde la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur) y, ni mucho menos, al eje central de la región. Gijón, Oviedo y Avilés mantuvieron sus cifras al alza, tarifas incluidas.
Porque el que meteorológicamente acabara 22 de septiembre, también será el verano con los precios más altos. La tarifa hotelera oficial de julio así lo acredita. Llegó a 142,23 euros por noche, 7,34% más en un año y un 30% más sobre el último ejercicio antes de la covid. En julio de 2019, los hoteles asturianos tuvieron una tarifa media de 98,88 euros. No sería hasta 2020, pese a la pandemia, cuando saltaran a los tres dígitos y pedir por noche en julio más de 100 euros.
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La principal central de reservas por internet deja claro que la mayor demanda que llena alojamientos ha engordado las tarifas. El fin de semana del 15 al 17 de agosto, el más caro entre los caros, la estancia más económica en la región la marcó una pensión riosellana. Cobró 162,5 euros por noche entre el viernes y el sábado. En Gijón, que culminaba su Semana Grande, la opción más barata fue la de un hotel de cuatro estrellas, la máxima categoría hotelera de la ciudad. Y superó los 225 euros. Por noche .
Ese hotel gijonés fue, de hecho, el cuatro estrellas más barato de una región con lleno técnico. En Avilés se llenaron todas las plazas, hasta el punto de que se ofrecían hoteles en San Esteban de Pravia como opción para disfrutar de la villa del Adelantado.
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El resto del ranking tarifario no bajó de los 200 euros. En la categoría de tres estrellas, la fórmula más económica llegó a los 220 euros por noche, en el bajo Nalón. Para dormir en un cinco estrellas el cliente que menos gastó fue el que optó por el Reconquista. La sede de de los Premios Princesa de Asturias cobró menos de 293 euros. Menos que el hotel más caro de Oviedo: 484 euros cobró un tres estrellas.
Y, aunque no hay registro de precios hosteleros, los tiques de este verano tienen poco, o nada, que ver con los de 2024. El socorrido café con leche supera los 3 euros en terraza y, aún más, si se pide con hielo. Ya hay quien teme que la gallina de los huevos de oro en que se ha convertido el turismo asturiano sea la siguiente en arder.
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La hotelería, con el reto de recuperar las 111.000 estancias perdidas hasta agosto
«Si en agosto no llenamos, apaga y vámonos». Esa frase es la más repetida por los empresarios del sector turístico asturiano. Año tras año ven como agosto, acompañado de julio y un poco de septiembre, les permite cosechar lo suficiente para no cerrar el resto del año. Lograr la desestacionalización del turismo es la asignatura pendiente de Asturias, inmerso ahora en otra batalla: la pugna entre los alojamientos reglados contra las viviendas turísticas y vacacionales.
El decreto que impulsa el Principado contenta a los primeros, pero enfada a los segundos, que ya anuncian alegaciones y marcan la senda hacia el juzgado.
Mientras esta oferta va al alza, con lleno en sus 45.035 plazas, la mayoría, 27.860, en pisos, a la hotelería no le salen las cuentas. Entre enero y julio ha perdido 111.000 estancias. Superar el récord de 2024 se está haciendo bola al sector turístico asturiano, que cerró los siete primeros meses del año en números rojos. Restaron más de 40.000 viajeros, al quedar en 1.483.908, y perdieron 63.801 pernoctaciones, al vender 3.3359.058.
El importante crecimiento de los campings y los apartamentos turísticos, con subidas de hasta el 26% en pernoctaciones, no ha compensado la caída hotelera. Ni siquiera lo hizo el hecho de que el turismo rural cerrara el mejor junio de la historia y en julio fura el cuarto más solicitado de todo el país.
Laura Arias, presidenta de Campings de Asturias, y Cristina Cueto, portavoz de Apartamentos Turísticos Capua, confirman que este está siendo su año. «Tenemos un verano estupendo, con lleno hasta final de agosto», explicó Arias, quien se mostró confiada con que «septiembre siga siendo bueno». Para Cueto, por su parte, este año el lleno se logró por demás, con muchas peticiones sin poder atender. Eso sí, «hay mucha reserva de última hora, más que otros años».
A septiembre miran también Ana Soberón y Ana Llano. La primera, vicepresidenta del Clúster Rural, confirma que «el verano ha sido lo esperando, se llenó». La segunda, vicepresidenta de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), confirma el lleno que no se vio afectado «por los incendios en el occidente». Los turistas vinieron para quedarse. Esperan ellas que los 8.000 bonos puestos a la venta, por 75 euros, para su uso entre el 16 de septiembre y el 31 de diciembre, «nos ayuden a crecer en temporada baja».
«Asturias tiene el lleno casi garantizado en estas fechas. Otra cosa es subsistir fuera de temporada». Lo dice Marcos Morán, chef de la gran saga familiar que tiene en Casa Gerardo su buque insignia. Si los alojamientos necesitan turistas fuera de temporada, los empresarios hosteleros, también. «La salud del turismo en Asturias no se puede medir en verano, sino en noviembre o en febrero, donde aún falta, pese a los esfuerzos realizados por el Principado»
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