Atención Primaria inicia el verano sin cubrir 790 guardias en Gijón y Oviedo
Veintidós centros de salud, de ambas áreas sanitarias, encaran el período vacacional con horas 'huérfanas' entre las 15 y las 8 horas
La entrada del verano vuelve a subir la tensión en los centros de Atención Primaria del Principado. A pesar de los acuerdos alcanzados entre la Consejería de Salud y los sindicatos del ámbito sanitario, la planificación de las guardias en este nivel asistencial sigue siendo motivo de polémica. A día de hoy, denuncian los profesionales, «hay cientos de horas huérfanas» entre julio y septiembre.
Se entienden como «húerfanas» aquellas guardias que están sin cubrir. Sólo en el área sanitaria IV, con cabecera en Oviedo, hay 567. Y en el área sanitaria V, que abarca Gijón, Carreño y Villaviciosa, 224. Una circunstancia que resulta «especialmente sangrante» si se tiene en cuenta que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) pretendía, de cara al período estival, reforzar los centros de Atención Primaria de Cangas del Narcea y Arriondas con efectivos de Gijón. «No sé cómo lo van a hacer», cuestionan médicos de Familia afectados por la situación que se avecina.
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Con las carteleras ya hechas, y entre ambas áreas sanitarias, hay 205 guardias «huérfanas» en julio, 337 en agosto y 249 en septiembre, según las tablas donde se recoge la organización estival de los servicios de urgencias y la atención continuada de Atención Primaria. Documentos a los que ha tenido acceso EL COMERCIO y que reflejan «como en el papel todo queda muy guapo, pero, a la hora de la verdad, seguimos con el mismo problema que venimos teniendo todos los veranos».
Y ese problema radica en que «el Sespa quiere mantener la actividad asistencial como si la plantilla estuviese al cien por cien». De ahí que «el acuerdo alcanzado para la reorganización de la atención continuada esté cundiendo tan poco», ponen en evidencia facultativos de Gijón y de Oviedo, donde «existe un problema muy similar al del área V», con la dificultad añadida de que en dicha circunscripción sanitaria hay un mayor número de dispositivos asistenciales periféricos.
La cuestión es que «no podemos seguir así», advierten los profesionales de los centros de salud con guardias sin cubrir, bien en la franja horaria de 15 a 20 horas -que es lo que se conoce como atención continuada- o bien entre las 20 y las 8 horas, que es cuando están operativos los servicios de urgencias de Atención Primaria. En el caso de Gijón, estarían afectados los dispositivos de La Calzada, El Llano, Puerta la Villa, Parque-Somió y Roces-Montevil, además de los centros de Villaviciosa y Candás. Y en Oviedo, los centros de Pumarín, La Lila, La Ería, La Corredoria, Siero, Nava, Grado, Lugones, Llanera, Noreña, Riosa, Proaza-Quirós, Salas y Belmonte de Miranda.
En crisis
«El sistema sanitario asturiano está en crisis», sentencian los facultativos más críticos con la gestión de la sanidad pública asturiana. «Y no vale con poner parches», apostillan, en relación al acuerdo que el Sespa firmó con la mayoría de sindicatos a finales del mes de enero. Dicho acuerdo establecía una reordenación de la atención continuada, en función del nuevo marco legal que elimina la figura de los eventuales, que han pasado a incorporarse como interinos a las plantillas de las administraciones públicas.
Según esta reorganización, los equipos de Atención Primaria deben realizar 138 horas de jornada ordinaria y 21 horas de guardias, en el caso de las áreas urbanas, y 54, en el caso de los zonas rurales. Los servicios específicos de atención continuada, por su parte, deben realizar 28 y 48 horas de jornada complementaria, respectivamente. Además, se ha creado un nuevo concepto laboral, el de la 'autocobertura de incidencias', para el trabajo que excede esas carteleras. Esos excesos de actividad se remuneran a 43 euros.
«Se abusa de las autocoberturas porque falta gente por todos lados», ponen en evidencia algunos médicos. En las alas de Asturias «están muy fastidiados» y, en el caso del Oriente, «pronto notarán la presión del turismo», que triplica la población de algunas localidades, con el incremento que eso conlleva de la demanda asistencial. En definitiva: «Nos espera otro verano de caos», vaticinan.