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9.30 h. El jefe del Ejecutivo regional preside desde su despacho la reunión telemática del Consejo Gobierno. A. Á.

Barbón: «No soy ajeno al estrés al que estamos sometidos por la pandemia»

El presidente del Principado fue atendido en el HUCA de urgencia por una dolencia gástrica tras descartarse un problema coronario

DANIEL FERNÁNDEZ

OVIEDO.

Sábado, 24 de abril 2021, 01:36

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El coronavirus es tan voraz que también pasa factura a la salud de quienes no se han contagiado. Y ese es el caso del presidente del Principado, Adrián Barbón, que ayer tuvo que ser atendido en el servicio de urgencias del Hospital Universitario y Central de Asturias (HUCA) por un fuerte dolor «a la altura del esternón», como él mismo relató, que hizo temer en un principio a los servicios médicos de que pudiera estar relacionado con un problema coronario. Tras ser sometido a las pertinentes pruebas se descartó esta posibilidad y le fue diagnosticada una fuerte gastralgia cuyo origen, según explicó tras recibir el alta el presidente, podría estar vinculado a la situación de «estrés global» a la que la sociedad está sometida por la pandemia: «Yo no soy ajeno a ello y en mi caso se manifestó así», recalcó.

Desde hace unos días, Adrián Barbón venía sufriendo estas molestias. Pero ayer, ya al levantarse, notó que esas molestias eran más intensas. Aún así, mantuvo su agenda del día: a las 9.30 horas, como todos los viernes, reunión telemática del Consejo de Gobierno; a las 11.30 horas, visita la Librería Cervantes de Oviedo, que este año celebra su centenario, con motivo del Día Internacional del Libro, y a las 13 horas, recibía en su despacho recibe a la presidenta del Gremio de Editores de Asturias, Ana Rosa Iglesias.

Tras la reunión con sus consejeros, el presidente del Principado se trasladó a la Librería Cervantes, donde intervino en el acto para reivindicar la importancia de la lectura y, posteriormente, atendió a los periodistas. Sin embargo, el dolor con el que se había levantado iba en aumento. Fue entonces cuando Barbón se puso en contacto con el consejero de Salud, Pablo Fernández, quien le recomendó acudir al hospital para ser sometido a un examen médico para descartar algún problema coronario, puesto que los síntomas que estaba describiendo eran compatibles con alguna dolencia asociada a este sistema.

Fue entonces cuando el jefe del Ejecutivo regional decidió acudir al HUCA, donde fue atendido en el servicio de urgencias. Tras ser sometido a diversos exámenes, los médicos descartaron un problema coronario y confirmaron que los dolores se debían a un problema gástrico, por lo que le fue diagnosticada una gastralgia.

Alrededor de las dos de la tarde, el presidente del Principado recibía el alta y volvía a su despacho en la sede de Presidencia, en la calle de Suárez de la Riva. No llegó a tiempo para reunirse con la presidenta del Gremio de Editores, que ante la ausencia por indisposición de Barbón fue recibida por la consejera de Cultura, Berta Piñán.

A las 14.45, el presidente del Principado colgaba en sus perfiles en redes sociales un vídeo en el que explica los motivos por los que acudió al hospital y vinculando el susto que ayer recibió al «estrés global al que estamos sometidos» por la pandemia. «Yo no soy ajeno a la situación y en mi caso se manifestó así», dijo Barbón.

En el mismo vídeo, el jefe del Ejecutivo autonómico aprovechó para agradecer la «profesionalidad» del personal del HUCA así como los mensajes de apoyo y cariño recibidos tras conocerse la noticia de su ingreso en Urgencias de este centro. Foro y el portavoz de Vox, Ignacio Blanco, escribieron mensajes de ánimo al presidente en sus redes sociales.

En el vídeo que grabó ayer Barbón a su vuelta al despacho, también aprovechó el presidente del Principado para insistir en la necesidad de avanzar en el proceso de vacunación contra la covid, porque «cuantas más vacunas pongamos, más vidas salvamos».

Estrés, la otra pandemia

Aunque el estrés es innato, y sin él la especie humana no sobreviría, puesto que es lo que advierte del peligro y le le permite hacerle frente, situaciones inesperadas como los confinamientos o las restricciones sociales elevan el riesgo de sufrir cuadros intensos de estrés que pueden desembocar en ansiedad o problemas de salud mayores. No existe una escala que mida el estrés. Tampoco es posible determinar a cuántas personas le afecta de forma patológica, aunque hay estudios elaborados antes de la pandemia en los que se afirmaban que más de 12 millones de españoles aseguraban sufrir estrés a diario.

Jornadas de trabajo maratonianas, problemas económicos, familiares, la muerte de personas próximas... Son muchas las situaciones que pueden provocar que los niveles de estrés asumibles de forma innata acaben convirtiéndese en un problema de salud serio. Si a esto le añadimos la presión a la que la sociedad está sometida por una pandemia que dura ya catorce meses, tenemos el caldo de cultivo ideal para que el estrés sea ya considerado por los especialistas en salud mental como la otra pandemia.

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