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Uno de los equips participantes en la Ginkana Automovilística de Antroxu, organizada por la Escudería Avilesina.

Antroxu a techo tras la resaca del Descenso

La lluvia suspendió el espectáculo del 'Asalto vikingo' en La Exposición y recluyó a los niños en El Quirinal

José Fernando Galán

Lunes, 16 de febrero 2015, 09:14

No hubo desembarco vikingo, ni mucho menos saqueo de bienes. La lluvia, fina y pertinaz, obligó a las temidas y cornudas hordas nórdicas a permanecer a bordo de sus drakkar en aguas abiertas y a suspender el espectáculo teatralizado que tenía previsto interpretar a las ocho de la tarde de ayer la compañía Legend en la Plaza de La Exposición. Era el 'Asalto vikingo', una recreación de las incursiones que hace unos mil años realizaban por los pueblos costeros del arco atlántico, de las que no escapó la cornisa cantábrica.

Constituía uno de los puntos fuertes del programa de actividades del Antroxu previstas para ayer, pero ni mucho menos el único. El resto sí se celebró, pese a la lluvia. Algunos la vieron venir y decidieron, con acierto, incorporar a última hora a sus disfraces prendas impermeables, otros tiraron de paraguas y la mayoría simplemente se mojó, que para algo es Antroxu.

El día comenzó con un pasacalles por el casco histórico protagonizado por las fanfarrias Ventolín, Picante y Felechu, que animaron a los viandantes con su música, contagiosa alegría y desparpajo. Entonces, el mediodía, ya caía bastante agua del cielo, y lejos de amainar fue in crescendo a medida que avanzaba la jornada. En el mar, los vikingos aguardaban.

El 'Antroxín para los neños' estaba programado para las cinco y media de la tarde en la plaza de España, pero en este caso había plan B. Si la lluvia se empeñaba en aguar la fiesta la alternativa era trasladar la actividad al pabellón de Deportes Avilés, en El Quirinal, donde los muchos niños y padres asistentes pudieron disfrutar de un divertido espectáculo musical interpretado por Pinturilla y la pandilla vainilla, integrada por Cherry, Candy, Siro y Milky, y también del taller de maquillaje antroxero dirigido por Joy Land Bus.

A su término la lluvia seguía cayendo, así que tras un intenso y agrio debate los comandantes vikingos tomaron la difícil decisión de dejar el desembarco y el saqueo de Avilés para mejor ocasión. Era el último espectáculo programado para ayer domingo, una jornada para muchos de incómoda resaca tras la considerable 'folixa' sabatina.

Ambiente nocturno

La gran cantidad de público que se mojó en el Descenso Internacional y Fluvial de Galiana ya hacía presagiar que la noche estaría movida. Y así fue, para la alegría de carnavaleros y hosteleros. Las calles en las que se concentran los locales de ocio estuvieron muy concurridas, nada que ver con lo que pasó el viernes, cuando fueron pocos los que se animaron a disfrutar de la noche, y lo mismo sucedió en los parques y demás espacios públicos en los que los más jóvenes acostumbran a celebrar su 'botellón'.

Gente disfrazada había bastante, con especial presencia vikinga, que por algo es el tema del Carnaval. A partir de ahí, disfraces había para todos los gustos. Algunos muy trabajados y otros no tanto, lo justo para salir del paso.

Lo que no se registraron fueron incidentes dignos de mención. La Policía Local no realizó ninguna intervención motivada por infracciones penales, salvo la detención de un conductor que circulaba por la calle de Gutiérrez Herrero a considerable velocidad. Los agentes le dieron el alto, y la prueba de alcoholemia arrojó un resultado de 0,68 miligramos por litro de aire expirado, delito contra la seguridad vial, por lo que fue detenido y puesto a disposición judicial. En todo caso ya eran las doce y media de la tarde de ayer domingo, y no iba disfrazado.

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