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La farmacéutica Silvia Rial, que regenta la farmacia de Soto de la Barca y el botiquín de Tuña, teme que sus pacientes se queden sin las medicinas que necesitan.

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La farmacéutica Silvia Rial, que regenta la farmacia de Soto de la Barca y el botiquín de Tuña, teme que sus pacientes se queden sin las medicinas que necesitan. FOTOS: J. M. PARDO

«Esta carretera es una desgracia»

Los vecinos y empresarios a ambos lados del argayo de la AS-15 se levantan contra una situación que prevén nefasta para el occidente

CARLA VEGA

SOTO DE LA BARCA.

Miércoles, 1 de diciembre 2021, 01:13

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Unos días después del argayo en la AS-15 que terminó con la vida de una vecina de Allande y ha dejado al Suroccidente casi aislado, los vecinos y comerciantes de la zona comienzan a pensar en las consecuencias que este desprendimiento tendrá en la zona.

El acceso al lugar de los hechos está cortado por seguridad, pero desde la lejanía aún pueden observarse grandes piedras sobre el asfalto y son muchos los curiosos que se acercan hasta dicho punto para comprobar el estado del mismo. «Esta carretera es una desgracia, lo sorprendente es que no haya pasado nada antes. Lo increíble es que no falleciesen todos los que iban en el coche», expresó ante el corte Marcial Carriquí, vecino de Cangas del Narcea que acudía hasta la zona en bicicleta.

El hostelero Manuel Ángel Menéndez ha visto como las ventas de su restaurante, La Casera, van en descenso.
El hostelero Manuel Ángel Menéndez ha visto como las ventas de su restaurante, La Casera, van en descenso.

Avelino Fernández, vecino de Tineo que se acercó a tomar café a un negocio cercano, concuerda con lo dicho por Carriquí. «El problema ya no es solo lo que tarden en solucionar esto, limpiar y adecuar la zona. Es que las carreteras por las que hay que circular debido al cierre de estas, la vieja de Salas o la de Tineo a Cangas, no están en condiciones para todo el tráfico que supone esto», explicó el jubilado de la presa de Calabazos. Fernández asegura que el terreno de la zona es inestable, que se han vivido sucesos similares a lo largo de las últimas décadas y considera que «el Occidente está viviendo su propio funeral» debido a este tipo de incidencias.

Los negocios más cercanos al argayo por Soto de la Barca (Tineo), son el restaurante La Casera, que regenta Manuel Ángel Menéndez y que da trabajo a otras cuatro personas. Él vive en Oviedo y cada mañana se desplaza hasta su cafetería para que a las 5.30 de la madrugada todos los transportistas y trabajadores que transitan por la zona tengan dónde acudir a tomar un café o a la hora de comer. Ahora, con un viaje que dura 20 minutos más por el rodeo que hay que dar por el corte provocado por el argayo, se teme lo peor. «Esto es la ruina total. Llevamos desde 1965 aquí ubicados, pero después de esto, más el argayo del pasado año de Salas, no vamos a levantar cabeza», expresa el empresario.

Un vecino llega con su coche hasta el límite del corte de la carretera.
Un vecino llega con su coche hasta el límite del corte de la carretera.

Similar es la situación de su negocio vecino, la farmacia de Silvia Rial. La farmacéutica se encarga también del botiquín de Tuña, localidad unida por la AS-15 y con apenas 8 minutos entre ambos puntos, pero con este corte debe dar un rodeo que hace que este viaje suponga ahora en torno a media hora.

«Personalmente, el tiempo es lo de menos. Son mucho más importantes los pacientes. Muchos de los que necesitan la farmacia o el botiquín son personas mayores para los que la medicación es muy importante. Esto, sin duda, dificulta mi trabajo, pero tengo que encontrar la forma de que nadie se quede sin medicinas», expuso la farmacéutica a las puertas de su negocio.

Las consecuencias de este argayo no se quedan solo a sus pies, sino que se extienden a otras zonas del Suroccidente. En el vecino concejo de Cangas del Narcea, las empresas dedicadas al transporte son algunas de las que más sufren este corte. José Luis Lozano, propietario de la empresa Transportes Lozano, gestiona hasta ocho vehículos diarios que se trasladan desde Cangas hasta el centro del Principado a diario y el argayo le supone un gasto extra cada día. «Solo el camión son unos 20 euros extra de combustible diarios, así que imagina el cómputo de todos los vehículos durante todo el tiempo que la AS-15 esté cerrada», detalla. Tanto él como sus empleados han comenzado sus jornadas laborales más temprano, en torno a a las tres de la madrugada, para poder continuar con su labor sin afectar a sus clientes.

Jhonatan Suárez, conductor de Bus Narcea, explica la similar situación de su empresa. «Tenemos contratados unos 20 desplazamientos semanales entre clubs deportivos, la coral, excursiones... Con todos ellos fijamos unos precios al inicio de la temporada y ahora, aunque haya subido el precio de la gasolina y tengamos que recorrer más kilómetros, no podemos variarlo, así que perderemos dinero», detalla. Todos los empresarios de la zona tienen ahora la misma duda: cuánto tiempo más continuará esta continuidad de pérdidas y gastos extra.

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